David Gutiérrez, Guti, está sentenciado. El técnico valenciano dejará hoy de forma oficial de ser el entrenador del CD Castellón tras la derrota ante el Sabadell (0-1), la cuarta en 12 partidos al frente del equipo orellut, que junto a los siete empates y, sobre todo, a la única victoria cosechada desde su llegada le ha costado el cargo al míster albinegro.

La tarde prometía emociones fuertes o al menos la necesidad albinegra así lo exigía, pero nadie esperaba el desenlace final. Se podía intuir en caso de derrota, pero el ambiente de crispación que se vivió ayer en Castalia obligaba a aquellos que toman decisiones, y en especial al director deportivo, Juan Guerrero, a tomar decisiones.

Es por ello que, tras la triste imagen de equipo impotente que se ofreció ante los arlequinados, en el club han tenido que cortar por la tangente. Si ya estaba sentenciado tras caer en Egea, la debacle ante el Sabadell y la pañolada tras el choque precipitaron unos acontecimientos que se transformarán en confirmación oficiales hoy mismo.

EQUIPO DEPRESIVO / El Castellón es un equipo inmerso en una depresión galopante y le cuesta horrores generar juego y tener verticalidad ofensiva rentable… pelotazos al margen.

Debido a la lesión de Regalón y la sanción de Carlos Delgado, Guti tuvo que inventarse a Castells como central, posición que no es desconocida para el de Sueca.

El moicano orellut completaba la habitual zaga junto a Satrústegui en el eje, y con Rubén y Verdú como laterales. La ubicación del valenciano en la defensa dejaba huérfano un lugar en el mediocentro, siendo Caballero el que acompañó a Rafa Gálvez como doble pivote, con Muguruza y Kilian por bandas, siendo Hicham y Cubillas los delanteros, dejando en el banquillo al recuperado tras lesión Máyor.

Guti buscaba poder generar juego desde la medular buscando las bandas, con un plan B… o muchas veces A, en el que Castells golpeaba en largo desde la defensa en busca de Cubillas, para que la peinara, o los espacios a la espalda de los zagueros rivales.

Pero el Castellón salió demasiado presionado, tenso y exigido. A los jugadores parecía pesarles las piernas, a poco que se erraba un pase, el público comenzó a pitar a las primeras de cambio y el fútbol brillaba por su ausencia.

Enfrente, el Sabadell, con un equipo lleno de jugadores correctos y con el grauero Néstor Querol poniendo calidad y verticalidad por la izquierda, se dedicaba a conservar el balón y buscar algún resquicio entre líneas.

Y encontró petróleo en la única ocasión arlequinada en toda la primera mitad cuando Rafa Gálvez perdía un balón en la frontal del área ante Felipe Sanchón, que cedía a Edgar Hernández que fusiló a un Álvaro Campos que salvaba por enésima vez en le temporada con un paradón felino.

Esa ocasión despertó a los orelluts, aunque estos se mostraron muy plano, sin ideas y con muy poca verticalidad. Tan solo una acción de David Cubillas antes de la media hora de juego, con tiro a la media vuelta que se perdió fuera, puede destacarse por parte local, en una primera mitad en la que aquellos que lo vieron por televisión a buen seguro que pegaron más de una ‘cabezadita’.

LA MISMA PELÍCULA SE REPITE / Se esperaba más del Castellón en la segunda mitad. Guti no varió el dibujo ni introdujo variación alguna… y a los 20 segundos de la reanudación, Felipe Sanchón ponía a prueba a Álvaro Campos. Otra vez se iniciaba una parte con el pie cambiado. Y la película volvía a repetirse. Pese a que de la mano de Caballero el equipo dio un paso al frente, las ideas brillaban por su ausencia y los espacios escaseaban.

Guti decidió mover ficha a falta de 20 minutos. Máyor y Acevedo por Hicham y Muguruza, intentando refrescar el ataque.

Pero el fútbol está siendo demasiado injusto con el Castellón esta temporada. Un par de minutos después, en una acción que venía precedida de un posible fuera de juego, el visitante Adri Cuevas remataba de manera imperial a la altura del área pequeña de cabeza, con paradón de Álvaro Campos… pero el rechace cayó de nuevo al jugador del Sabadell, que fusiló a placer, haciendo el 0-1 (72’). La historia se volvía a repetir.

TENSIÓN Y VOLUNTAD / El Castellón tenía que volver a empezar, con solo 20 minutos, y para buscar el empate. El ambiente en las gradas se crispó, el público comenzó a pedir la cabeza tanto del entrenador como del director deportivo, los jugadores comenzaron a hacer la guerra por su cuenta, fueron expulsados Theo —por protestar mientras calentaba— y Satrústegui —por una dura entrada— y el partido se fue diluyendo entre esa guerra de guerrillas.

Solo en un par de cabezazos, de Gálvez y en especial de Cubillas, y en una falta de Verdú se pudo igualar el partido. Pero no.

Este Castellón ha tocado fondo, y no solo por el hecho de ser colista, sino porque sus jugadores tienen un problema mental que se refleja en el campo y que Guti no ha sabido solucionar... y ello le ha costado el cargo.