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El derbi del miedo acabó sin goles. Justo reparto de puntos en un choque de más tensión psicológica por el temor a perder que de buen fútbol. Ninguno de los dos mereció ganar y ambos parecieron conformarse con un empate que continuará alimentando sus fantasmas y sus dudas, puesto que un punto no es suficiente para dos conjuntos con presupuestos y plantillas diseñadas para mucho más de lo que están ofreciendo hasta la fecha. El Villarreal no supo aprovechar la media hora de superioridad numérica que tuvo ante el Valencia al quedarse con 10 por la roja directa vista por Parejo.

Si se quiere ver la botella medio llena, el equipo de Calleja se mostró más equilibrado tácticamente con Funes Mori y fue un equipo fiable y sólido defensivamente. La botella medio vacía se justifica por las escasas llegadas y ocasiones que generó el Villarreal ante el Valencia, incluso cuando estuvo en superioridad durante 36 minutos, lo que es un dato muy significativo cuando se repasa la nómina de futbolistas creativos y de ataque del actual Submarino. Un empate justo en el derbi que no daría para el dramatismo sino fuera porque el Estadio de la Cerámica continúa sin ver ganar a su equipo.

Villarreal y Valencia llegaban al derbi con muchos nervios, dudas y con una situación clasificatoria lejana a las expectativas y al potencial de ambos. Era el derbi del miedo a perder, más después de las sensaciones amargas que dejó la competición europea en el organismo de los dos equipos.

LA ‘FÓRMULA’ FUNES MORI / Calleja introdujo siete cambios con respecto al equipo que empató ante el Rangers. Muchas variaciones, pero conservando la idea que le funcionó mientras Funes Mori estuvo como medicentro ante los escoceses. El central argentino repitió como centrocampista, dentro de un 4-4-2 en línea y con Manu Trigueros de escudero asumiendo las funciones de organizador, con Fornals y Layún más escorados a las bandas. En defensa, el quinteto que más utilizó la pasada temporada. En ataque, Bacca y Gerard Moreno, una dupla con mucha calidad.

Marcelino también introdujo siete cambios copn respecto a la alineación de salida que perdió ante la Juve en Champions, con el clásico 4-4-2 de referencia del extécnico amarillo. Seriedad y excelente disposición táctica, buena actitud pero con escasa presencia en ataque. Un Valencia más tímido que la temporada anterior, quizás acusando los nervios del mal inicio liguero, que derivan en falta de confianza.

Con esa radiografía comenzó un partido marcado por un respeto mutuo que se palpaba en la forma como los jugadores aseguraban el pase y no descuidaban sus posiciones defensivas. El Villarreal mostraba una faz más fiable, competitiva y menos imprevisible. La fórmula Funes Mori sumaba más equilibrio que restaba en frescura ofensiva. El derbi del miedo transcurría dentro del dibujo de pizarra de cada técnico. Con respeto, sin concesiones y cada uno a la espera de ese detalle diferencial que resuelve un partido. En una primera parte sin apenas llegadas a las áreas, destacaron dos ocasiones del Villarreal, ambas bastante claras. La primera la tuvo Carlos Bacca al filo de la media hora en la misma boca de gol, y la segunda en un remate de cabeza al segundo palo de Álvaro que se marchó alto. Y poco más en 45 minutos.

LA ROJA DE PAREJO / El guión después del descanso se mantuvo igual. Invariable el respeto y la disposición de los dos equipos que dejaban pasar los minutos esperando a que algo cayera del cielo. Y fue el colegiado, Jaime Latre, quien modificó el escenario al dejar al Valencia con 10 jugadores por la expulsión de Parejo, que cuanto menos se podría calificar como rigurosa. En la misma acción también se marchó a la caseta Marcelino, indignado con la decisión arbitral.

La respuesta al nuevo escenario que afrontaba el partido, con el Valencia durante media hora en inferioridad, se expresó en la sustitución de un delantero por un centrocampista (Guedes entró por Gameiro) por el lado che, y más contemporizador por parte de Javier Calleja, quien metió a Pedraza y Cazorla, pero manteniendo su dibujo de partida. El Villarreal no asumió más riesgos de los debidos y mantuvo su respeto hacia un rival que juntó líneas y apenas dejó espacios para que los delanteros amarillos encontraran una rendija para amenazar el área y la portería defendida por Neto.

ASENJO, SALVADOR / Por fortuna, el Villarreal tiene en su portería a uno de los mejores guardametas de LaLiga. Sergio Asenjo hizo dos paradores a sendos tiros de Guedes y Cheryshev que se quedaron en meros sustos porque el partido no mostraba síntomas de salir del cero a cero de partida y de la mediocridad de un encuentro con poco fútbol y marcado por la neta supremacía de las defensas sobre los ataques.

El Villarreal no supo extraer beneficio de su superioridad numérica durante más de media hora. Solo pudo sacar un ay de la grada en un par de saques de esquina en las postrimerías. El derbi del miedo acabó con temor a perder por parte de ambos y cuando eso sucede es muy difícil que alguien gane. El Villarreal sigue sin sumar de tres en La Cerámica en los cuatro partidos que ha disputado. El miércoles, San Mamés.

LUNES

24 DE SEPTIEMBRE DEL 2018