Villarreal B y Castellón, cuando a las cinco de la tarde del sábado salten a jugar al Mini Estadi, lo harán desde posiciones antagónicas que otorgan el claro papel de favorito al filial amarillo, que para algo lidera el grupo (lo seguirá haciendo, pase lo que pase en Miralcamp) y que prácticamente dobla en puntuación a los albinegros. Sin embargo, se trata de un derbi paradójico, porque aunque están separados por 20 puntos, algunas estadísticas son similares, por no decir parejas. Por ejemplo, que ambos han perdido el mismo número de partidos.

El Castellón (21 puntos) viene de ganar al Ontinyent y el Villarreal B (41), de verse remontado en el Rico Pérez. Es su sexta derrota, las mismas que llevan los albinegros, que detuvieron la sangría en Peralada, el día del debut de su tercer técnico en el regreso a Segunda B. Desde entonces, impulsado por Óscar Cano y la media docena de fichajes (aún hay un par por estrenarse), han logrado 8 puntos de 12 posibles.

EL CASTELLÓN ENCAJA MENOS // También existe mucha semejanza en el número de goles encajados. Es más, aquí el Castellón está mejor, porque ha recibido 19 (sorprende que, siendo el cuarto por la cola, sea el quinto más seguro), en tanto que los de Miguel Álvarez han encajado 21.

Claro que la diferencia clasificatoria se sustenta, precisamente, en lo que realmente cuenta: las victorias. El Villarreal B ha ganado 13 de sus 21 encuentros, por los escasos tres de los orelluts. Y los partidos se ganan porque se marcan más goles, otro ránking donde la diferencia es abismal en favor de los groguets: 34 por los 17 del Castellón (justo la mitad).

El conjunto albinegro comparecerá en Vila-real con ese registro que tanto le pesa. Hace más de ocho meses que no gana a domicilio. Es el único, de los 80 de Segunda B, que aún no lo ha hecho fuera de casa, si bien viene avalado por sus empates en otro Miniestadi (Barcelona B) pero, sobre todo, en Son Malferit, donde el Atlético Baleares pasaba por ser el mejor local de la categoría, si bien vio frenada, hace 10 días, la racha de ocho triunfos seguidos con el 0-0 ante los orelluts.

En Miralcamp, los partidos son a cara o cruz. Bueno, mucho más de las primeras (9 victorias en 11 comparecencias) que de las segundas (solo dos derrotas: Olot y Hércules). Los amarillos promedian más de dos goles en casa por encuentro (han anotado 24) y menos de uno en contra (10). Todo lo contrario que el Castellón, que en 11 desplazamientos apenas si ha marcado 7 tantos, aunque no ha recibido demasiados (13).