El Villarreal necesita goles. Le falta el toque distintivo que le tienen que dar sus cracks. Sin los goles de Bacca, Toko Ekambi, Gerard Moreno, Fornals..., es muy difícil hacerle daño a uno de los grandes conjuntos de LaLiga y de Europa. No apareció ayer Cazorla... y nadie fue capaz de tomar el testigo. Y las cabalgadas de Pedraza no le bastan a un equipo con jugadores importantes y que deben ser desequilibrantes o marcar diferencias cuando se les necesita. Nadie fue capaz de inventar ni de ofrecer este toque distintivo. Pocas veces lo tendrá tan de cara el Submarino para puntuar contra un Atlético blando y menos agresivo de lo habitual, que concluyó sin tarjetas. Seguramente, hasta el propio Simeone acabaría sorprendido de ese dato y de cómo su equipo se llevó los tres puntos con tanta facilidad, sin emplearse al cien por cien. Un Villarreal sobrio y serio atrás, con un Álvaro ejerciendo de mariscal en defensa, pero necesitado de más punch. Ni frío ni calor. Ni mal ni bien, sino todo lo contrario. Una imagen tan insípida como insuficiente. La próxima final, contra el Alavés, donde hay que sumar de tres. Las derrotas con honor no sirven.

Ni el Villarreal sufrió en el Wanda Metropolitano, ni el Atlético fue tan fiero como se esperaba. El equipo de Simeone acusó la resaca y el subidón del partidazo contra la Juve y su fútbol fue mucho más especulativo y menos intenso de lo que se vaticina a un grupo liderado por el técnico argentino. Por otra parte, el Submarino no ofreció su versión más top, pero sí mantuvo la línea de competitividad de los últimos partidos. La continuidad también en el once, en el que volvía a destacar la suplencia de Fornals y Gerard Moreno.

DESAHOGADOS // Los amarillos nunca estuvieron colgados del larguero de Asenjo y dispusieron de sus ocasiones. ¿Qué hubiera pasado si Toko Ekambi no falla una ocasión tan clara como la que erró en el minuto 9? Bacca dejó solo al camerunés delante de Oblak. Un balón listo para cambiar el signo de un encuentro y obligar al Atlético a tomar la iniciativa. Con segundos por delante para definir bien, Toko Ekambi dudó demasiado y dejó pasar un tren de esos que en un escenario como el Wanda y ante un rival como el Atlético no se pueden perdonar.

El Villarreal jugaba ordenado, con menos brillantez que otros días y sin la magia de Cazorla, pero serio y pasando por pocos apuros. Incluso con fases de dominio, asentado en una defensa de tres muy bien compenetrada.

El Atlético no arriesgaba y esperaba su ocasión, en un campo muy resbaladizo. El equilibrio mediatizaba un choque insípido y con poco ritmo, con dos equipos que se profesaban mucho respeto. Simeone trató al Submarino como un equipo grande.

Faltaba llegada y un poco de descaro en el equipo amarillo, como si tuviera miedo a destaparse en defensa. La primera llegada de los colchoneros llegó en un remate de Morata, desviado con la mano de goma de Asenjo. Y la segunda se marchó a la red: Mario defendió mal un balón en banda, y el centro de Filipe Luis, esta vez sí, fue rematado con la precisión de un delantero de área como Morata. Muy poco, o casi nada, había hecho el Atlético, pero el fútbol es cuestión de detalles... y en ellos los locales fueron más decisivos.

El Villarreal no se vino abajo. Mario, en un remate medio pifiado de cabeza, casi empata. No igualó el marcador, pero sí llegó vivo a la segunda parte.

PASO AL FRENTE // Calleja fue valiente e introdujo un cambio táctico y metió un revulsivo con la entrada de Chukweze quitando un central para pasa al 4-4-2. La reacción fue positiva y los amarillos pusieron en aprietos al Atlético. El Villarreal se estiró y empezó a generar más juego, con los consiguientes riesgos atrás. Álvaro, sobrado de facultades y multiplicándose tanto en la contención como en la salida desde el área con el balón, junto a Víctor Ruiz, resguardaron Asenjo a salvo y el partido abierto. El problema es que al Villarreal no le llegaba para culminar en el área lo que generaba fuera de ella. Con Gerard Moreno, demasiado alejado de las posiciones de remate y Toko Ekambi desconectado, Oblak no sufría. Como viene siendo habitual esta temporada, a los amarillos se les nublaba la vista cuando entraban en el área rival. Y en una de esas acciones de riego de los amarillos, llegó una contra del Atlético que sorprendió adelantada a la zaga. Saúl pilló la espalda a la pareja de centrales y superó la salida de Asenjo picándole el balón por encima y superando a Víctor Ruiz, que tuvo tiempo de sacar el balón de la línea, pero lo dejó pasar, pensando posiblemente que salía fuera.

LA REALIDAD // El Villarreal siguió intentándolo, pero podría haber pasado un día entero... y Oblak habría salido imbatido. Una vez más, los zarpazos con más peligro salieron de las botas de Pedraza. El Villarreal cayó con la cabeza alta, pero en su situación no sirven las derrotas honrosas, solo sumar. Y con tanta inocencia en el área, es casi un milagro poder llevarse algo ante un equipo tan competitivo como un Atlético incluso a medio gas. Calleja necesita los goles y el plus de sus estrellas. El Submarino defiende mejor, pero sigue siendo inocente en ataque cuando la nómina de jugadores para dar el toque diferencial es de primera línea.

LUNES

25 DE FEBRERO DEL 2019

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