Evidentemente el de ayer se trataba de un partido al que no era fácil entrar. El duro varapalo sufrido tras la derrota y eliminación en manos del Liverpool en semifinales de la Europa League dejó muy tocada a la plantilla, así como a su cuerpo técnico, tal y como había reconocido Marcelino en la previa del encuentro.

Pero como último choque de la temporada en El Madrigal, el club y los futbolistas querían brindarle una alegría a una afición que ha dado la cara durante toda la temporada, pero que ayer no estuvo a la altura, bien sea por la lluvia o porque ya no había nada en juego.

Con todo, Marcelino puso un híbrido de once con jugadores menos habituales y otros de los fijos. Dio la oportunidad a Barbosa de despedirse en casa siendo titular, hizo lo propio con Bonera, y dio minutos a futbolistas que tuvieron lesiones a principios de año y están más frescos, casos como los de Samuel García, Leo Baptistao y Adrián Marín.

Ni mucho menos era una alineación a poner en duda. Trigueros y Bruno llevaron la manija del juego ante un Depor más necesitado, que le entregó el balón al Submarino, pero que mordía arriba y una vez recuperaba, se empleó con mayor verticalidad que los amarillos.

Los de Víctor Sánchez del Amo precisaban de un punto para salvar la categoría y pusieron más carne en el asador, cosa lógica, ante un combinado groguet al que se le notó depresivo por culpa de la eliminación europea.

EL RIVAL, MÁS EFECTIVO // En la primera mitad, los Samus -ayer titulares- intentaron profundizar por bandas, pero con poco acierto, si bien la ocasión más clara de los amarillos llegó tras un centro por la derecha que remató Leo Baptistao de volea, pero que se marchó fregando el poste.

Un espejismo, ya que fue el Depor el que gozó de más oportunidades en el primer acto y fue mucho más efectivo, teniendo que hacer intervenir a Mariano Barbosa en varias ocasiones. Un meta argentino que no pudo hacer nada en el primer gol del encuentro, cuando pasada la media hora, Fede Cartabia controló un balón de forma excelente en la derecha, abrió hacia la frontal hacia frontal del área, desde donde de primeras el internacional marroquí Fayçal Fajr conectó a la escuadra (0-1).

Un tanto que tuvo réplica en una acción de Mario que, tras verse solo ante Manu Fernández, golpeó de primeras, pero el guardameta del conjunto coruñés desbarató el peligro. Y poco más de un primer acto tan insulso como la tarde de ayer, gris y lluviosa por momentos, donde el Depor quiso más y obtuvo ventaja.

MISMO GUIÓN // Tras la reanudación, el guión fue similar. El balón lo tuvo la mayor parte del tiempo el Villarreal, que no dejó de intentarlo pero sin fe. Los gallegos iban a lo suyo, presionando la salida de balón de un Submarino bastante estático y al que le faltó frescura, ganas e intensidad.

Algo que al menos sí que tuvo el conjunto blanquiazul, que en el minuto 57 sentenció el choque, tras robar un balón en su campo prácticamente Lucas Pérez, que pilló a la contra a la zaga amarilla, y que le ganó la partida a Bonera, para plantarse ante Barbosa y fusilarle.

Hablar de justicia en el fútbol es muy relativo, pero el 0-2 reflejaba que el Deportivo sí había aprovechado las suyas.

Intentó mover ficha Marcelino, en busca de frescura y chispa, dando entrada a Bakambu y Denis Suárez por Adrián y Castillejo. Y pronto se notó, ya que instantes después, Baptistao conectaba un testarazo al palo derecho del marco de Manu Fernández.

Restaba casi media hora y los amarillos se volcaron. Seguía siendo Leo Baptistao el que más lo intentaba -fue el futbolista amarillo, junto con Bruno, más destacado ayer-, aunque en el tramo final del choque se empleó más como pasador c. Pero sus jugadas no terminaban de ser finalizadas por sus compañeros de la parcela ofensiva.

DENIS LO INTENTÓ // También Denis Suárez puso destellos de calidad, sin recompensa. El joven gallego pudo haber jugado ayer sus últimos minutos de amarillo en El Madrigal y buscó varias veces el uno contra uno. Pero el tanto groguet no llegó.

Y a punto estuvo de llegar el tercero de los blanquiazules, por medio de una bella vaselina de Luis Alberto, aunque el meta Barbosa supo rectificar en su salida con una palomita, salvando un tanto que hubiera convertido el marcador en una goleada injusta.

Justo sí fue el triunfo del Deportivo en un partido que se recordará por la irrupción de fuegos artificiales en el minuto 88, por la ovación a Cani -ahora rival y volvía a la que fue su casa-, y por la cerrada pleitesía que le rindió la afición a un Submarino que ha cuajado una temporada casi de matrícula y que concluirá el próximo dommingo en El Molinón. H