Ignacio Racionero, el ultra detenido como presunto autor del apuñalamiento de un aficionado del Atlético de Madrid el pasado miércoles en las proximidades del Wanda Metropolitano, es «muy peligroso, radical, inestable y no distingue entre el bien y el mal», según la descripción que hacen de él algunos conocidos.

Los agentes le detuvieron como el presunto agresor de un joven de 22 años, que vestía una camiseta del Frente Atlético, en las proximidades de bar Zapatones, donde suelen reunirse aficionados del club, cerca de la estación del metro de Las Musas. Racionero, de 40 años, le habría asestado tres puñaladas en el muslo, brazo y espalda. Llegó por detrás, actuó sin mediar palabra y escapó después, tirando supuestamente el arma en un parque cercano.

Su actuación, sin embargo, no ha sorprendido ni a la Policía ni a sus antiguos compañeros del Frente Atlético, grupo ultra del que fue un miembro relevante hasta que fue expulsado. Ahora pertenece a Suburbios Firm, una escisión del Frente. Racionero llevaba solo cinco meses en libertad tras cumplir más de 10 años de condena por diferentes delitos.

En 1998 fue además uno de los detenidos por el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, aunque quedó en libertad por falta de pruebas.