Para el Villarreal, el mes de diciembre se abría envuelto en unas dudas que no pudo disipar el 0-3 en la Copa ante el Toledo, en el último día de noviembre. Los de Fran Escribá encaraban los últimos 20 días de competición después de dos derrotas consecutivas en la Liga, ante el Athletic y —la más dolorosa— en casa frente al Alavés que descabalgaron al equipo de la zona de Champions y sin hacer los deberes en Europa, tras no poder certificar el pase a los dieciseisavos en la visita a Zúrich (1-1), en la que incluso Sergio Asenjo tuvo que salvar en el último segundo la virtual eliminación. El guardameta palentino también tuvo que emplearse a fondo para salvar la primera victoria de diciembre que, a la postre, volvió a encauzar la buena dinámica del equipo. El sufrido 2-1 ante el Steaua de Bucarest y la consiguiente clasificación para las fases eliminatoria de la Europa League descargaron de ansiedad a un equipo que, desde entonces, se ha empeñado en desterrar cualquier conato de crisis.

Tras muchos partidos encajando, el Submarino volvió a blindar su portería a pesar de la importante baja de Musacchio. Por ahí hay que empezar a buscar las claves de la reacción. Pero no es la única. La aportación de la segunda línea del equipo por fin ha sido decisiva, algo que ha venido reclamando Fran Escribá desde su llegada al banquillo groguet. Centrocampistas como Jonathan dos Santos y Roberto Soriano han dado un paso al frente en esta recta final de año, no tan solo en la creación. Su aportación ofensiva se ha saldado con goles: dos del mexicano y uno del italiano en los dos últimos partidos de Liga.

CRECIMIENTO DE TRIGUEROS / La aportación de la medular del Villarreal se ha completado con Manu Trigueros, cada vez más habitual en la cercanía del área contraria. Él marcó uno de los goles de la temporada en la Europa League —el 2-1 ante el Steaua— y abrió el camino del triunfo tan claro como prestigioso ante uno de los favoritos al título de Liga, el Atlético de Madrid.

El otro hecho diferencial en la reacción final del Submarino hay que buscarlo en la resurrección de Alexandre Pato, después de unos tres primeros meses como amarillo marcados por la irregularidad y la consiguiente pérdida de protagonismo. El delantero brasileño ha recuperado galones en un esprint final de 2016 a la altura de la estrella que fue en su etapa como jugador del Milan. Pato, pese a no marcar, fue decisivo en la última goleada al Atlético y en el segundo triunfo de la temporada en El Molinón —actuación estelar y gol— y cerró el año el pasado martes marcando el único tanto ante el Toledo.