Dicen las malas lenguas que el balonmano es un deporte que se vive y se juega en Alemania, pero que siempre ganan los franceses. Aunque cuando ellos se relajan, aparecen los españoles. La selección comandada por Jordi Ribera ya demostró, hace poco más de un año, que puede con cualquier rival. Los Hispanos, que lograron el oro continental tras superar a Francia y Suecia en las eliminatorias finales, ahora buscan la doble corona en el Mundial de Alemania y Dinamarca, que se disputa desde hoy al 27 de enero.

La selección española llega como una de las favoritas. Sobre todo porque la todopoderosa Francia, acreedora de cuatro de los últimos cinco títulos mundiales, se presenta sin su gran estrella, Nikola Karabatic. Y aunque los bleus tienen armario suficiente para suplir la baja de su líder, la ausencia puede resultar crucial.

España arranca el torneo en el grupo B junto a Croacia, Macedonia, Islandia, Baréin (su primer rival, hoy a las 20.30 horas, por Teledeporte) y Japón, cuadro que debería superar sin dificultad (se clasifican los tres primeros). Aunque en torneos como este, lo importante es pasar de ronda como líderes y sin derrotas. Porque en la main round ya estarán Francia, Alemania y Dinamarca, así que los puntos conseguidos en la primera fase serán determinantes.

Regeneración

El combinado español vislumbra la progresiva y efectiva regeneración que ha ido introduciendo el técnico durante los últimos años. La meta sigue siendo de Gonzalo Pérez de Vargas, pero en el banco ya no está Sterbik sino Corrales. En defensa, como siempre, manda Viran Morros; el timón del equipo aún recae en Raúl Entrerríos y Dani Sarmiento; y el rey de los seis metros continúa siendo Julen Aguinagalde. Pero en los laterales, donde Gurbindo y Cañellas imponen su batuta, aparecen jóvenes como Alex Dujshebaev o Ángel Fernández.

En el extremo, posición de la que depende mucho el juego de España, es donde más caras nuevas hay. La mayoría ya aparecieron en el Europeo con un gran papel, como Ferran Solé y Aitor Ariño. Otras, como Aleix Gómez, han demostrado que pueden sorprender a cualquiera y mantener a la selección como el bloque con mayor eficacia en los lanzamientos esquinados (76%). A través de ellos, de la inteligencia táctica y de una ardua defensa sustentada en el 5-1 y el 6-0, los Hispanos intentarán volver a suplir la falta de lanzamiento exterior para conquistar la doble corona.