Lleva más de una década siendo considerado el mejor club de España por méritos propios, pero no solo por ser el que más títulos acumula en este periodo de tiempo, con diferencia, sino porque también suele arrollar en las clasificaciones de puntos por ránking, puntos de finalistas en Campeonatos de España y en medallas en Nacionales.

Y es que el Playas de Castellón se ha convertido en todo un referente del atletismo, pero no solo a nivel nacional, puesto que los títulos que obtiene le permiten acudir a la Copa de Europa de Clubs en diferentes categorías, habiendo logrado a nivel internacional varios entorchados, destacando el conseguido por el equipo absoluto masculino en Mersin (Turquía) en el 2015, a los que hay que añadir tres en categoría júnior masculina.

Un dominio que se ha incrementado todavía más en los últimos años y que comenzó a mediados de la década pasada, cuando en la temporada 2005/06 fue designado ya mejor club de España. Desde entonces no ha dejado el primer peldaño, aumentando de forma considerable el número de títulos. Si hasta esa campaña el número total de títulos era de 21 —siendo el mejor botín en un año cuatro—, los siete que obtuvo ese año provocó un relanzamiento del club, que en la actualidad cuenta con 202 títulos (ver gráfico) y hace dos temporadas consiguió su mejor registro en este aspecto, con 24 campeonatos.

MÁS QUE UN CLUB DE ÉLITE

La filosofía del Playas ha sido siempre destacar en la élite, como lo está consiguiendo en los últimos tiempos, pero sin abandonar la cantera. Como ya han señalado en muchas ocasiones, «somos un club de cantera y a la vez de élite». Y esto se cumple con el paso de los años, puesto que en las categorías de base los éxitos también son una realidad, obteniendo infinidad de títulos.

Un trabajo en el que se vuelcan todos los estamentos del club, desde la junta directiva hasta los propios atletas, y pasando, como no, por los entrenadores, muchos de los cuales están considerados como los mejores de España en sus disciplinas y han recibido también galardones en más de una ocasión. Además, su presencia en las expediciones de la selección española también suele ser habitual.

Una dura lucha desde que se fundó el club hace ya casi 40 años y que debido al esfuerzo ha obtenido su recompensa. No obstante, todo apunta a que esto no va a quedar así, ya que la intención cuando comienza cada temporada es superarse. Hasta ahora lo han conseguido y es casi seguro que se cumplirá el objetivo.

LA COPA DE EUROPA FORMA PARTE DE SU ADN

El Playas de Castellón ya está preparando la Copa de Europa de Clubs en categoría absoluta, que en esta edición organiza el club de la capital de la Plana y que se disputa dentro de dos semanas (25 y 26 de mayo) en Gaetà Huguet. La participación de los hombres ya es habitual, mientras que las féminas podrían hacer su debut si prospera la reclamación por una doble alienación indebida del Valencia Esports en la pasada Liga de Clubs de División de Honor.

Por todo ello, la Copa de Europa de Clubs forma parte del ADN del Playas, ya que desde el 2011 el equipo no se baja del podio, lo que nunca es fácil porque, como siempre recuerda Pepe Ortuño, director técnico del club, «hay competiciones que son cara o cruz». Pruebas en las que puede pasar de todo, pero en las que el Playas siempre está ahí, avalado por siete podios y hasta por un título: el logrado en 2015 en Mersin en uno de los finales más apretados que se iba a llevar el Playas con 117 puntos por delante del Enka (115) y del Fiamma Gialle (114).

Es más, aún se recuerda ese final en un estadio abarrotado de público, en un ambiente único, en el que lo consiguieron en el relevo final en el 4x400 que el Playas empezó a tres puntos del Enke. Pero aquel magnífico relevo, que reunió a Alberto Gavalda, Gakeme, Diego Cabello y que culminó Bruno Hortelano, con 3.07.92 minutos, posibilitó lo que nunca había ocurrido, demostrando que el club nació «para aspirar a todo».

Se acaban de cumplir cuatro años de aquel título, pero la realidad es que el Playas sigue ahí, siendo segundo en 2016 y tercero en 2018, porque en 2017 se suspendió debido a la cercanía de Mersin con el conflicto bélico en Siria.