Donald Trump ha hecho de todo en su vida y ha tocado numerosas teclas. El recién elegido presidente de los Estados Unidos patrocinó una ambiciosa prueba deportiva llamada el Tour de Trump en 1989 y 1990 con la intención de emular la ronda francesa en su país. "Puse mi nombre porque veo hacia el futuro y creo que el Tour de Trump va a ser tan importante como el Tour de Francia", dijo frotándose las manos. Dos años más tarde, el magnate cayó en una de sus famosas bancarrotas y se olvidó del ciclismo. La prueba pasaría a llamarse Tour DuPont, por su siguiente patrocinador, y después desaparecería.

Donald Trump pretendía que esta prueba se convirtiera en la más influyente en suelo estadounidense y, de hecho, fue la competición que más estados recorrió por el país. El Tour de Trump repartía en su primer año un gran premio de 250.000 dólares a los ganadores convirtiéndose en la competición ciclista mejor pagado tras la clásica prueba francesa. La primera edición contó con ocho importantes equipos profesionales y 11 aficionados y muchos de estas escuadras prefirieron participar en esta prueba antes que en la Vuelta a España. Trump había conseguido, a base de dinero, establecer su competición en el mapa ciclista internacional.

RAÚL ALCALÁ

En la segunda, y última, edición de la prueba bajo el patrocinio deTrump, el magnate se vio obligado a estrechar la mano a un mexicano, Raúl Alcalá, tras vencer por delante noruego Atle Kvalsvoll. "Donald Trump me dio el premio en persona", aseguró Alcalá en un reportaje publicado en 'El País'. El ganador de 1990 recuerda la buena preparación de la prueba. "Fueron 13 etapas por el Este, con muy mal tiempo y montaña dura. Había muchos espectadores y bandas de música en las cunetas. Mucha animación y muy buena organización. Trump estaba en todo".

Contrastando con las intenciones del nuevo presidente de Estados Unidos, Alcalá recibió un cheque de 50.000 dólares de su mano como reconocimiento a la victoria. Aun así, el ciclista lo tenía claro. "Aunque fuera el creador de una carrera ciclista, yo no le votaría para presidente. Yo votaría a Hillary Clinton".

EL FIN DEL TOUR

En 1991, Donald Trump se declaró en bancarrota y tuvo que vender parte de su patrimonio para conseguir retener el control de su propiedad. Una de las medidas que adoptó fue abandonar el patrocinio de su carrera ciclista pero la prueba no se dejaría de celebrar. Durante seis años más, otro magnate estadounidense, John DuPont, lo mantendría vivo hasta que fuera arrestado por el presunto asesinato a un luchador olímpico, Dave Schultsz.

Al final, en 1996 se disputó la última edición de la prueba estadounidense de ciclismo. De sus ocho ediciones, Raúl Alcalá y un joven llamado Lance Armstrong fueron los ciclistas con más victorias con un total de dos.