Los Houston Rockets tenían la victoria encarrilada a falta de menos de tres minutos. Aventajaban al equipo local, a los Dallas Mavericks, por ocho puntos (94-102). Dallas era un equipo atascado en ataque mientras que los Rockets tenían a James Harden haciendo lo de toda la vida, encarando, driblando y metiendo canastas una tras otra. Hasta que irrumpió Luka Doncic.

El exjugador del Madrid lleva una encomibale temporada como rookie de la NBA, pero el de esre sábado estaba siendo un partido más bien tosco e inadvertido el suyo. De repente, el American Airlines Center de Dallas asistió a un despertar prodigioso.

Cuando el público empezaba a desfilar hacia las puertas de salida Doncic encontró la inspiración y anotó 11 de los 13 puntos con los que los Mavericks remontaron y se llevaron la victoria ante la perplejdad de Harden y el técnico Mike D'Antoni (107-104).

¿ROOKIE DEL AÑO?

Entre triples y penetraciones, Doncic, que acabó con 21 puntos, provocó aullidos de incredulidad de los suyos. Fue un desenlace sensacional con el esloveno como protagonista absoluto. Harden, que celebró 35 puntos, se quedó frustrado mientras a su alrededor se desataba la locura.

La carrera en la NBA de Doncic es aún corta, apenas dos meses de competición, pero su impacto está siendo tremendo y aparece como el mejor candidato a ser proclamado como el rookie del año.