Tiempos de cambios en el Castellón. O de necesarios cambios, a tenor de la delicada situación económica y con la obligatoriedad, ya inaplazable por más tiempo, de afrontar una serie de pagos que, como mínimo, garanticen que el club llegue al final de la temporada. La vía china continúa abierta, pero, a día de hoy, abonada más por rumores que realidades. Fuentes oficiales aseguran a Mediterráneo que sí, que hay conversaciones, pero que el acuerdo «no está cercano».

Hace unos días, David Cruz comunicó al vestuario todo lo contrario. Que esta semana se cerraba, que él se apartaba. Que por fin iba a entrar dinero para que jugadores, técnicos y demás empleados del club cobrasen alguna de las muchas mensualidades pendientes. Pero, a día de hoy, está lejos de ser una realidad.

Hasta la fecha, el grupo Ledus ha mantenido contactos con Cruz y con José Cano-Coloma, abogado del club, del que también es consejero-delegado. Un tanteo y poco más, aunque sí es cierto que emisarios de los inversores chinos se reunieron con el concejal de Deportes, Enric Porcar, a quien trasladaron un ambicioso proyecto, no solo para el club, sino para el estadio. Hablaron de la inyección de varios millones de euros.

TRATAR CON OSUNA // La complejidad de la operación viene dada por sus múltiples aristas. Cualquier interesado en asumir la gestión del club, tiene que tratar, forzosamente, con José Manuel García Osuna. Cruz no ha pagado un euro por las acciones, lo que ha abocado la compra-venta a un proceso judicial abierto, también con una resolución lejana.

Además, hay que negociar con Cruz, que no destaca, precisamente, por ser una persona fácil de tratar incluso desde el punto de vista de los negocios. El grupo provincial, con Pablo Hernández, Àngel Dealbert, Vicente Montesinos, Jordi Bruixola y compañía puede dar buena fe de ello, hasta el punto de que después de varios meses de conversaciones, acabaron arrojando la toalla.

Además, uno de los principales focos está en la marcha de Cruz, cuando, hasta la fecha, ha demostrado todo lo contrario, aferrándose al cargo y a su modus vivendi. El Ayuntamiento trasladó a los emisarios de Ledus, en la reunión de hace un par de semanas, la necesidad para que Cruz se desvincule completamente, dejando la pelota, además, en el tejado de los chinos. ¿Es una recomendación o una exigencia? Habría que verlo cuando, en el caso de que las conversaciones llegasen a buen puerto, y en el caso de que el actual presidente y consejero-delegado se reservara algún tipo de cargo o rol en la entidad, a la hora de tratar con el consistorio la cesión de Castalia.

TODO SIGUE IGUAL // De Cruz se ha dicho que su adiós es inminente, que su vuelta al palco (el viernes contra el Almazora) olía a despedida... Por ahora, continúa en el Castellón. La cuestión es que no da la sensación de que este necesario giro de 180 grados esté cerca de ser rubricado con un acuerdo firmado ante notario, todo lo contrario que el fin de la prórroga concedida por Hacienda y la Seguridad Social, con una nueva mensualidad pendiente a la vuelta de la esquina... Lo cual compromete la vida del Castellón, deportiva y económicamente.