El éxito de la delegación rusa en los Juegos Olímpicos de Sochi (celebrados en febrero del 2014) que obtuvo 33 medallas, 15 de ellas de oro, tuvo que ver con un explosivo cóctel de sustancias dopantes, principalmente anabolizantes, que las autoridades del país administraban a un determinado número de atletas. Las sustancias prohibidas se mezclaban con whisky Chivas en el caso de los hombres y con vermut para las mujeres, según un completo informe que publica el diario estadounidense New York Times.

A esta información ha tenido acceso el periódico neoyorquino gracias al testimonio de Grigory Rodchenkov, responsable de los controles antidopaje en Sochi, que también estaba al frente dellaboratorio antidopaje de Moscú desde el 2005 hasta el pasado otoño, cuando los responsables políticos de su país le obligaron a dimitir. Rodchenkov consiguió salir de Rusia y vive en la actualidad en Los Ángeles, ya que en California se siente más seguro que en Moscú. Dos de sus colaboradores fallecieron hace unos meses.

Rodchenkov afirma que en el 2013 comenzó el programa de 'mejora' de los representantes olímpicos rusos y que fue él quien ideó el cóctel que proporcionó los mayores éxitos a los deportistas de su país. Él mezclaba un miligramo de esteroides por cada mililitro de alcohol. El 'combinado' se colocaba en una cápsula que se disolvía debajo de la lengua.

CAMBIOS DE ORINA

Los deportistas tras conseguir las victorias o una buena clasificación pasaban el correspondiente control de orina. Por la noche funcionarios del servicio de inteligencia cambiaban las muestras y las sustituían por otras con orina del mismo atleta que había sido guardada antes de que empezase el programa de dopaje. Según Rodchenkov, al menos 100 muestras fueron adulteradas.

"La gente celebra las medallas pero para conseguirlas había que cambiar la orina. ¿Se imaginan cómo se organiza el deporte olímpico?", afirma este científico al New York Times. Al menos 14 especialistas de esquí de fondo se sometieron a este programa.

Rodchenkov tuvo que dimitir después de que se denunciara un pograma de dopaje generalizado en el atletismo de su país, que, por ahora, todavía no tiene el pasaporte para acudir a los Juegos de Río.

El ministro ruso de deportes, Vitaly Mutko, ha negado estas acusaciones y ha dicho que todo se trata de un "ataque periodístico al deporte ruso". Se basa también en el hecho de que las acusaciones proceden de Estados Unidos, país que quedó en segunda posición del medallero olímpico de invierno por detrás de Rusia.