Una simple operación de segundo de Primaria sustenta la fórmula de la tranquilidad definitiva del Villarreal. Dos partidos por tres puntos es, para los amarillos, mucho más que seis puntos. El resultado de la multiplicación es la permanencia, si no matemática, sí virtual. Ganar esta noche en Anoeta (20.30 horas, beIN LaLiga) y repetir el próximo domingo ante el Huesca al abrigo de La Cerámica supondría poner fin a las angustias de una temporada de inesperada dificultad.

También ha sido una campaña complicada y extraña para Javier Calleja, quizá quien más ganas tiene de que esta historia de la Liga 2018/2019 llegue a un final más o menos feliz lo antes posible. «Con los últimos resultados estamos más tranquilos, pero solo relativamente», apuntaba ayer el técnico, que espera que sus jugadores sepan resolver esa sencilla multiplicación de 2x3 para agarrar con las dos manos la salvación: «Ganar los dos próximos partidos sería una situación idílica... y se puede conseguir». «No hemos sido capaces de enlazar cuatro victorias seguidas en lo que llevamos de Liga y si ahora lo hacemos significaría salvarnos lo más rápido posible, sacar la cabeza y acabar con el sufrimiento», añade Calleja, para quien la clave está en que sus jugadores no se confien. «Relajación ninguna; si nos relajamos seguramente tendremos que esperar a la última jornada para salvarnos», avisa.

BLOQUE CONSOLIDADO / Ver tan cerca el objetivo que se ha venido persiguiendo durante la mayor parte de la temporada también implica dejar de lado las rotaciones y aportarlo todo por el once que el entrenador groguet considera más fiable en estos momentos. Incluso teniendo dos encuentros, dos finales, en apenas 72 horas. «Que nadie dude que para estos partidos vamos a presentar el mejor once y a confeccionar la mejor convocatoria. Las rotaciones vienen bien en momentos determinados, pero ahora que los resultados acompañan se impone la continuidad», explica Calleja, que insiste en su intención de mantener el bloque. «Cuando uno está contento no quiere cambios», subraya.

Así, el preparador madrileño solo podría presentar la duda en la portería. Pendiente del estado físico de Asenjo, que se probó ayer en el último entrenamiento, Calleja podría repetir con Andrés bajo palos para no forzar una posible recaída del palentino. La solvencia del guardameta murciano ante el Leganés le harían merecedor de la continuidad. El resto del bloque también se perfila sin cambios, en un 4-4-2 que tiene en Mario, Álvaro, Funes y Quintillà la base defensiva, con Iborra y Santi Cazorla —«cuando a estos jugadores se unen los jóvenes los resultados llegan», destaca Calleja— por delante, y Chukwueze y Fornals —«ha vuelto a su mejor versión», destaca el míster del mediapunta castellonense— más cerca de la pareja ofensiva en la que repetirían Bacca y Toko Ekambi.

LA CLAVE DEL PARTIDO / Para empezar con buen pie el reto de enlazar otras dos victorias Calleja quiere que sus hombres se centren en los 90 minutos inmediatos. «Sumar en Anoeta sería positivo, pero ganar sería casi definitivo», dice el madrileño, consciente de que va a encontrar muchas dificultades ante un rival «al que da gusto ver jugar». «Vamos a ver quién es capaz de dominar al adversario, pero diría que el equipo que mejor defienda puede ser el que se lleve el partido», analiza el entrenador del Submarino, ansioso por cerrar este irregular y extraño ejercicio.