Una de las grandes gestas de la selección española, el 12-1 contra Malta de 1983, ha sido puesto bajo sospecha por los internacionales malteses que disputaron aquel partido. Varios integrantes del combinado insular denuncian que los futbolistas españoles jugaron dopados. No solo eso. Aseguran que ellos mismos fueron drogados en el descanso con limones.

El programa Fiebre Maldini de Movistar+ se desplazó a Malta para hablar con los protagonistas. Y lo que explican resulta sorprendente. Siempre planeó cierta sospecha, pero los malteses se han encargado de amplificarla. Según su versión, les ofrecieron limones cortados por la mitad que los jugadores ingirieron en el descanso, sufriendo después mareos que les hizo disminuir su rendimiento. Así, el 3-1 del descanso se transformó en el 12-1 final.

El seleccionador de Malta, Victor Scerri, describe la escena: «Entró un señor vestido de blanco y nos ofreció una bandeja de limones, cortados. Era lo único que nos ofrecieron. Los jugadores los chuparon y después se sintieron mal. Le pregunté al médico: ¿Puede que les hayan drogado?. Porque los jugadores perdieron la cabeza. Espero que España no hubiera hecho eso». Silvio Demanuele, delantero de Malta, se expresa de forma aún más contundente: «Cuando chupé esos limones, me sentía borracho, como si hubiese estado toda la noche de fiesta».

Demanuele amplía el grado de la acusación de irregularidades al acusar de dopaje a los españoles: «Mi hermano es culturista y por eso sé lo que pasa cuando tomas esteroides. La energía que tenían los españoles era algo fuera de lo normal», dice. «Noté que les salía ácido líquido de la boca. Ese es uno de los efectos de tomar esteroides. Tenían ese líquido en su boca y no paraban de beber agua, señal de que algo les provocaba estar deshidratados», refuerza.