a no hay duda de que en este Giro 2016 hay un cuarto tenor que se llama Tom Dumoulin y que, poco a poco, va arañando cierta ventaja a sus rivales. Fue el más fuerte en la contrarreloj inicial, es el gran favorito para la etapa de idénticas características del domingo y este jueves, en la primera llegada en alto de la prueba, fue el mejor entre los que aspiran a ganar la carrera.

Dumoulin aprovechó la subida final a Roccaraso, más larga que dura, para contraatacar tras un demarraje sin éxito de Vincenzo Nibali, mientras Alejandro Valverde, con su equipo tomando el timón de la carrera en ciertas fases, y Mikel Landa prefirieron subir a ritmo pero sin pasar a la ofensiva. Nibali, en cambio, no se frenó, pero sin éxito y sin suficiente fuerza para abrir hueco al resto de favoritos. Y en eso arrancó Dumoulin y se marchó sin que el resto de candidatos consiguieran neutralizarlo en la meta, en los Abruzos. No fue un tiempo importante pues solo sacó 14 segundos a Valverde y 21 a Nibali y Landa, que en los metros finales se descolgaron del pelotón de las figuras. Pero volvieron a ser segundos de oro, de personalidad, de efecto, de coraje y una prueba de que el corredor holandés va muy en serio en este Giro que, supuestamente, este viernes vivirá una etapa de cierta calma ante la segunda jornada de montaña del sábado.El belga Tim Wellens se anotó la victoria en solitario.