La celebración de la Juventus en Turín ha levantado protestas en las redes sociales por culpa de las condiciones de trabajo de las azafatas contratadas. La lluvia perturbó la fiesta, pero los menos perjudicados fueron los invitados y directivos del conjunto turinés. Las azafatas les sostuvieron los paraguas, para que no se mojaran, mientras que ellas recibieron todas las molestias del agua para quedar absolutamente empapadas.

Italia, al contrario de otros países, continúa con la clásica política de que sean las azafatas quienes entreguen premios en los eventos deportivos dando el clásico beso a los ganadores, lo que están evitando en otros lugares o en competiciones tan importantes como la Fórmula Uno. Se puede ver, por ejemplo, en cada etapa del Giro de Italia (este lunes hubo la última jornada de reposo) puesto que dos chicas son las encargadas de besar a los ciclistas que suben al podio como Simon Yates, la 'maglia rosa'.