El Submarino dio carpetazo al 2016 con un empate en El Madrigal, más que suficiente para avanzar a los octavos de la Copa. El partido respondió al perfil de lo que suelen ser las vueltas de estas tempranas rondas, cuando la eliminatoria se ha finiquitado en la ida. El Villarreal-Toledo se jugó bajo los efectos del 0-3 de la ida y derivó en un partido más abierto de lo que la diferencia de nivel y categorías que les separan pueda indicar, con muchas ocasiones (por ejemplo, los visitantes tuvieron un palo y los locales, dos), saldado con un empate que no deja heridas en los amarillos y contenta a los castellanos.

Escribá rotó mucho menos de lo que le hubiese gustado, pues repetían seis del once que vino de bailar al Sporting en El Molinón: casi toda la defensa (Mario más los centrales Álvaro y Víctor Ruiz), los costados (Jonathan y Soriano) y, arriba, Pato. Barbosa bajo palos, José Ángel en el carril del 3, N’Diaye y Rodrigo en el eje, y Santos Borré en punta, formaban la savia nueva del Villarreal respecto al equipo titular de Gijón. Las ocho bajas por lesión mediatizaban la despedida del año.

UN INESPERADO RESPIRO // Aun siendo oficial, estaba completamente desprovisto de la tensión propia de un encuentro. El Villarreal, acostumbrado a disputar partidos trascendentales desde agosto (su agónica clasificación en la Europa League le impidió tomarse ni un solo respiro), jugó a un nivel muy diferente al ofrecido poco más de 48 horas antes.

Con todo, esa versión porcentualmente muy alejada al paseo militar realizado en El Molinón, le alcanzó para ir coleccionando una ocasión tras otra en la medias hora inicial. Casi media docena de ocasiones ya acumulaba, algunas tan claras como la que Manolo le sacó a Pato o el rectificado del portero visitante que, a escasos centímetros de la raya, sacaba el 1-0 de Santos Borré.

LOS ‘VERDES’, DE MENOS A MÁS // El Toledo, apocado ante el claro dominio local, tardó ese tiempo en atreverse a buscar a Barbosa, aunque tuvo un arreón de cinco minutos, con tres remates fuera de palos. Rápidamente, el Villarreal puso las cosas en su sitio, pero el gol no llegaba, pese a lo fácil que lo tuvo Pato con una vaselina. Sin embargo, el colofón del primer tiempo fue un extraño remate de Expósito que impulsado por el guante de Mariano Barbosa, golpeó en el larguero antes de derivar en un saque de esquina.

De ocasión a ocasión, porque aún había transcurrido ni un minuto de la reanudación cuando el meta argentino se vio obligado a emplearse a fondo en una acción en la que la falta de tensión provocó que Lolo Pla se hubiese quedado solo ante el argentino.

EL SUSTO DURÓ POCO // Pese al larguero de Pato (el balón, al bajar, no penetró en la portería castellana), el Toledo acertó primero. Villa mandó a la red el rechace de Barbosa (m. 57). El 0-1 sirvió para que el Submarino despertara. Jonathan se topó primero con Manolo y, a la siguiente, le dio el empate hecho al brasileño. El sustito, si podía considerarse como tal, apenas había durado tres minutos. No obstante, el Villarreal se quedó en el intento de dar la vuelta al marcador, a pesar de una gran acción de Leo Suárez nada más salir, otro remate de Pato y la última de Santos Borré, estrellando el balón en el poste un segundo antes de que el árbitro finalizara el encuentro. Seguro que la próxima ronda, con la que el Submarino abrirá el 2017 antes de recibir al Barcelona, será otra historia bien distinta.