Su voz es tranquila y su tono de satisfacción. Rafael Nadal habla a través de una videoconferencia desde el coche que le transporta al aeropuerto, de regreso a Manacor. Después de 20 días vuelve con otra Copa de los Mosqueteros en su maleta. La número 13 de una historia que parece interminable. Está feliz. Con la tranquilidad de haber cumplido con su reto. No lo veía nada claro cuando hace 20 días llegó a París para jugar el Roland Garros más atípico que nunca antes había jugado.

Se siente contento y orgulloso por la victoria, por haber ganado a Novak Djokovic, el número 1 mundial, el rival más duro, pero sobre todo por no "haberme fallado a si mismo". Lo repite cada vez que puede está feliz por haber mantenido una actitud positiva durante el torneo. Ayer domingo pudo comer por primera vez con su familia "en una cenita más tranquila de lo habitual".

-¿Qué sensación le deja este torneo? Una sensación grande. Primero de gran alegría por lo conseguido, pero también de tristeza por la situación general. Ver la central vacía y tan poca gente es decepcionante.

-¿Cómo ha vivido estos días en París? Me he pasado los 20 días de las pistas al hotel. Aburrido. Cuando no entrenaba leía, veía muchas series y seguía la actualidad que es preocupante. Me traje la play station y jugaba con Charly Moyà Rafa Maymó o al parchís. Matábamos las horas.

-¿La final no fue la batalla que se esperaba? Soy el primer sorprendido. 6-0 y 6-2 a Djokovicnadie espera eso. En la pista tuve una sensación casi perfecta. Veía la bola bien, sus golpes, me adelantaba. Fue un día especial en un partido muy difícil. Era lo que necesitaba para ganar y lo logré ese día.

-Fue un partido casi perfecto. Jugué especialmente bien, muy bien. En Australia hace dos años todo fue lo contrario. Era Djokovic quien jugó perfecto. Pero así es el deporte. En Melbourne él se sentía favorito porque es su torneo, aquí en París es el mío. Tenía esa sensación de casi perfección.

-Ha dicho que de lo que más se enorgullece es de su actitud. Sí. Mucho. La situación se presentaba muy difícil por las condiciones de la pista, las bolas, el clima.todo lo tenía en contra. No es lo habitual en Rolad Garros. Pero tuve una gran actitud, determinación e intensidad para buscar soluciones para mi juego y estoy muy satisfecho porque lo conseguí.

-¿Entrena esa fuerza mental, con yoga o algúa otra práctica? No hago nada de eso para para entrenar la fortaleza mental. Ni yoga , ni psicólogos ni nada. Trabajo de otra manera.

-¿Cúal? El esfuerzo diario. Obligarse cada día a hacer las cosas bien, especialmente las que no me apetecen. Lo he hecho siempre desde pequeñito. Auto obligación para ser mejor.

-¿Y se puede ser mejor, aún? Siempre se puede ser mejor. En estos años he perdido cosas por el camino pero he añadido otras para equilibrar la balanza. Entreno con la ilusión de mejorar las cosas. Esa es una de mis virtudes más importantes y creo de cualquiera que quiere progresar. Y eso, como yo, también lo tienen Federer y Djokovic. El deseo de ser mejores cada día nos ha ayudado en nuestra progresión. Los tres tenemos una autoexigencia grande.

- Dijo que en el confinamiento sufrió. Tuvo problemas para volver a entrenar. A coger la intensidad que necesitaba.¿Han sido peores que en otras ocasiones? Hay épocas peores y otras mejores. El kilometraje va sumando. Nunca habría imaginado diez años atrás que con 34 años podría seguir compitiendo a este nivel.

- ¿Como preparó el partido contra Djokovic? Mi referencia era la final de Roma de hace un par de años. Se jugó en unas condiciones parecidas e intenté seguir las cosas que allí hice bien y mejorar las que no. Salí con una idea clara de qué hacer, cómo jugar. Él podía tener las condiciones de este Roland Garros a su favor, pero ese escenario es único para mí. Es una pista muy especial en la que he conseguido mis mayores éxitos. Eso me daba una gran seguridad para afrontar la final.

-¿Federer le felicitó por las redes ¿Qué le dijo Djokovic al final? No pude hablar con él. Me felicitó en la pista y ya está. Es normal. Cuando pierdes un partido así no tienes muchas ganas de hablar. Yo lo entiendo.

- ¿Su relación con él tampoco parece que sea la mejor? Tengo buena relación con él. Es una buena persona. Hay que relativizar las cosas entre nosotros.

- La temporada ha sido complicada con el confinamiento. ¿Cómo la ha vivido? No sabíamos si volveríamos a jugar al tenis. El confinamiento fue duro para mí, pero nada que ver con lo que ha sufrido y sufre la gente.

-El premio ha merecido la pena. Otro Roland Garros y 20 Grand Slams para igualar a Federer. ¿Objetivo cumplido? Para mí, ha sido un gran paso dentro de la historia de este deporte. Me siento orgulloso de tener 20 GS, pero de momento es un paso más en mi camino. Lo que de verdad me importaba era ganar Roland Garros. Cuando acabe mi carrera veré donde me sitúo. Es lo que pienso y no he cambiado. Es evidente que me importa haber llegado a esta cifra y también que Novak y Federer competimos por algo más.

-¿Cómo vive este momento? Con toda mi intensidad y me esfuerzo cada día por seguir trabajando. Esa es la mayor satisfacción. El resto no se puede controlar. Un día pierdes y otro ganas. Así es el deporte y así hay que vivirlo.

-Nada más acabar la final, se acordó del delicado momento que se vive por la pandemia. Hay que confiar que se encuentre una solución lo más rápido posible, el virus nos está afectando a todos en todo el mundo. Lo dije el primer día y lo mantengo. Somos unos privilegiados, haciendo nuestro trabajo, aunque no lo considero trabajo. Podemos seguir jugando al tenis y es una gran suerte.

-¿Cómo lo encara usted? Lo único que debemos exigirnos a día de hoy es esforzarnos para dar un buen espectáculo para todas esas personas que están sufriendo los efectos de esta pandemia, distraerles y aportarle ilusión y felicidad. Confío que no se alargue más esta situación que es bastante insostenible. Los torneos están sufriendo mucho y me preocupa el futuro.