Después de que la segunda unidad del Barça ofreciera alarmantes signos de debilidad en el partido copero del jueves, ayer volvió el equipo A, con menos canteranos y más soldados de fortuna, para superar con mucha solvencia al Eibar (3-0) en el duelo que cerró la primera vuelta de la Liga y que dejó a los de Valverde como campeones de invierno a cinco puntos de su más inmediato perseguidor, el Atlético de Madrid. Fue el del Camp Nou un encuentro sembrado de peligros (y el mal día de Leo Messi no era el menor de ellos) que los de Valverde supieron resolver gracias a la lucidez de Arthur, al enorme trabajo de Luis Suárez y al talento de un Coutinho rehabilitado tras una temporada perdido en las tinieblas de la irrelevancia.

SORPRESA // El innegociable sistema de juego armero, sustentado en los pases largos, los centros directos al área y la presión alta (es el equipo de la Liga que más balones roba en campo contrario), invitaba al Barça a aplicarse en la salida de la pelota para evitar las pérdidas y, de paso, explotar la posición adelantada de la defensa eibarresa. La sorpresa llegó en el frente de ataque, donde Dembélé, cuya velocidad parecía conveniente para buscar la espalda de la zaga armera, se vio relegado en beneficio de Coutinho. Y en el 18, el brasileño se destapó trenzando una vertiginosa combinación con Luis Suárez, que el uruguayo acabó enviando a la red en una posición imposible.

Tras el gol, el Barça empezó a recurrir a los desplazamientos largos en busca de Jordi Alba y del uruguayo, un recurso que le sirvió para empujar el partido hacia el territorio armero, donde Coutinho, más activo a medida que pasaban los minutos, se convertía en el más destacado ante el inusual absentismo de Messi.

DE PELÍCULA // Pero el crack no necesita estar para dejar huella. Y poco después de la reanudación, en una acción nacida precisamente de un error del 10 que Suárez y Coutinho transformaron en una jugada de peligro, el rosarino puso el 400 en su casillero de goles anotados en la competición liguera. Con el 2-0 creció el Barça y se deshizo el Eibar. Luis Suárez, desencadenado, envió a las manos de Riesgo un remate de cabeza muy claro antes de aprovechar un saque de banda rapidísimo de Sergi Roberto (se adelantó varios metros) para coger a contrapié a la defensa y subir el 3-0.