No celebró su primer tanto como albinegro hasta su sexto partido, pero Esaú Rojo ha cogido carrerilla, la necesaria para convertirse en el deseado hombre-gol del Castellón. Una sequía que duró siete horas y 19 minutos, que no debió de ser nada fácil de digerir para un futbolista que venía de meter 26. Ahora, el alcarreño ha normalizado su situación (si es que puede emplearse esta acepción para cualquier asunto que rodea al club orellut), después de un agitado verano que incluyó un viaje con retorno de Creta a aclimatarse en un tiempo récord a un equipo, además, en permanente estado de ebullición.

Llegó, vio y fue titular contra Muro, Alzira, Torrevieja y Silla, Torre Levante, jugando prácticamente enteros estos encuentros. La tarde del Elche B, por fin se estrenó, con una certera maniobra en el 12’. No firmó ninguno de los dos tantos en Almassora, pero sí abrió el camino en la victoria sobre el Recambios Colón (entonces, con toda la fortuna de la que había adolecido en sus inicios como albinegro). Todo lo que madrugó, apuró siete días después en Crevillente, donde su diana incrementó a 10 la racha de jornadas sin perder.

«Empecé sin marcar en varios partidos, aunque tenía ocasiones. Espero que esto me sirva para tomar impulso», destacaba todavía en el campo Enrique Miralles. El de Guadalajara va a la caza de Javi Zarzo, que lleva cinco.

Los albinegros, con Esaú entre ellos, ya preparan el duelo ante al Paterna del domingo (17.00 horas) en Castalia. No estará Juanfran (motivos personales); ni tampoco Zagalá ni Marenyà, pues Castelló prefiere darles una semana más en sus respectivas recuperaciones. Álex López completará el listado de bajas. H