El entrenador del Villarreal, Fran Escribá, reconoció tras el empate conseguido por su equipo en Turquía frente al Osmanlispor que la expulsión de un jugador turco en la segunda parte les abrió el partido y les permitió igualar y quedarse a las puertas de la remontada.

"En la primera parte, en ningún caso, estuvimos bien. En el descanso hablamos de corregir cosas y se mejoró en la segunda y es cierto que el penalti, aunque no se marcara, y la expulsión nos abrió el partido. Al final, viendo el resultado, no se puede decir que es malo, pero te quedas con el regusto de que podías haber remontado", explicó.

Tras remontar dos goles de desventaja, el técnico indicó que el resultado "se puede considerar justo" y destacó que le gustó "la reacción del equipo, que ante la dificultad ha puesto coraje para remontar".

Pese a ello, se mostró molesto con el segundo gol recibido, apenas un minuto después del primero y tras perder el balón en el saque de centro. "Me indigna el segundo gol. No podemos bajar los brazos por encajar un gol y casi tiramos el partido en esa jugada", apuntó.

Preguntado pro el bajo rendimiento de su equipo hasta la expulsión del Osmanlispor, Escribá señaló: "Podemos buscar muchas explicaciones, que si hemos hecho muchas rotaciones, que hemos jugado con un sistema diferente, pero la verdad es que no estuvimos bien y ellos sabíamos que eran un equipo peligroso, con gente de calidad arriba y se ha visto claramente que era así".

"La buena noticia es que seguimos primeros de grupo y dependemos de nosotros y la otra lectura es que nos hemos dado cuenta que en Europa todos los partidos son complicados y todos los rivales te pueden complicar las cosas", concluyó.