El Villarreal regresa a la normalidad y hoy retomará el trabajo en la Ciudad Deportiva, en casa, después de los últimos tres intensos días que jugadores, cuerpo técnico y directivos han vivido en Argentina, en la que ha sido la primera visita de la entidad amarilla a Sudamérica. Atrás queda una extensa agenda de actos institucionales y deportivos que tuvieron su colofón con el amistoso de prestigio ante el Boca Juniors, en una Bombonera de ambiente festivo, aunque para el técnico del Submarino el fin de fiesta no fue, precisamente, el esperado.

Fran Escribá abandonó en la madrugada del miércoles al jueves tierras argentinas visiblemente molesto. Ya no tanto por la derrota ante el mejor equipo del cono sur en lo que llevamos de siglo XXI —«aunque a todos nos gusta ganar, aunque sea un amistoso», apuntó uno de sus jugadores, Álvaro González— como por la imagen de debilidad que sus hombres mostraron en el último acto del choque ante el Boca Juniors. Y a falta de menos de tres semanas para que se inicie la competición oficial —la Liga espera ya el 21 de agosto, en el Ciutat de València— ese es un síntoma que deja intranquilo al preparador amarillo. «Muchas pérdidas, no generamos ocasiones… pero observé cosas más preocupantes, como la falta de agresividad en las jugadas de balón dividido», analizaba Escribá, que tuvo para todos tras el último encuentro de preparación, para los titulares y para los suplentes —«los cambios no aportaron nada», puntualizó—. «Fueron 45 minutos para volver a verlos y comprobar que ese no es el camino», sentenció Escribá, todavía con la sensación de que su equipo no estuvo conectado ante un rival, el Boca Juniors, que no racaneó espíritu combativo e intensidad ante los vila-realenses.

MARGEN DE MEJORA

La percepción no es exclusiva del entrenador. «Tenemos que mejorar para el inicio de Liga», reconocía el defensa Álvaro, autocrítico con el partido realizado por el Submarino de La Bombonera, un escenario que exigía una puesta en escena mucho más atrevida. «Tenemos que poner un poco más de intensidad. Hemos sido blandos. Hay que aprender y mejorar», señaló el central, que espera que ante el Inter, este próximo domingo, se puedan corregir los defectos observados en Buenos Aires.

En eso se pondrá a trabajar hoy mismo Escribá, que no afrontará la visita a los italianos —aunque no en Milán sino en la costa adriática— pensando en que se trata de un simple bolo. «Nuestra actitud debe ser que no hay amistosos», impone el entrenador, que seguramente dosificará los minutos el domingo frente a los neroazzurri —«un rival que, como el Boca Juniors, nos vendrá bien competitivamente», dice el técnico— a pesar de que Fran Escribá piense que a estas alturas de pretemporada todos sus futbolistas «deben estar ya acostumbrados a aguantar 90 minutos». «En menos de 20 días estamos ya inmersos en la Liga y cada partido ya es información relevante. Lo que estoy analizando ahora es lo que me hará decidir cuando llegue el partido ante el Levante», la hora de la verdad.