Sergio Pellicer (Nules, 9 de septiembre de 1973) se considera un «nómada» del fútbol, una pasión que tuvo que abandonar dentro del terreno de juego pronto, a los 33 años por una lesión, pero que ha continuado desde entonces ligado a la formación y a los banquillos, donde no le ha ido nada mal.

Campeón de la División de Honor juvenil tanto con el Valencia —«allí tuve a mis órdenes a jugadores como Gayá o Cartabia»— como con el Málaga —ganó la Copa de Campeones y dejó el equipo en diciembre como líder—, el club andaluz decidió ascenderle al primer equipo tras la salida de Juande Ramos para que sea la mano derecha de Gato Romero.

—Por fin le llega el premio después de tantos años rodando por toda España. ¿Contento?

—Salí de Nules con 15 años y he tenido que sacrificar muchas cosas por el camino, amigos, familia... En este mundo del fútbol muchos somos unos nómadas y por fin parece que consigo asentarme. Este es mi tercer año en Málaga y agradezco la confianza del club y del míster por valorar el trabajo que llevo detrás.

—Buena papeleta para empezar. la primera victoria se resiste.

—Desde que cogimos el equipo los resultados no han acompañado, pero en los tres últimos partidos hemos merecido mucho más. En el último partido, ante el Espanyol, generamos muchísimas ocasiones y el rival con una sola llegada de peligro nos ganó. La imagen que dimos nos reconforta, pero somos conscientes de que el fútbol son resultados.

—¿Qué Villarreal esperáis?

—El Villarreal que sigue una misma filosofía de juego desde hace varios años y, además, reforzado en su solidez defensiva. Sigue siendo un equipo combinativo, dinámico, de mucho juego interior, y a todo ello Fran Escribá ha añadido mucha solvencia atrás. Es un técnico que siempre ha sabido trabajar muy bien esa faceta.

—¿Es esa seguridad ahora mismo el punto débil del Málaga?

—Analizamos las estadísticas y la verdad es que los rivales nos llegan poco, pero cuando lo hacen nos están haciendo daño. Hay que cerrar esa brecha, porque el nuestro es un equipo pensado para empezar a ganar partidos desde atrás y, a partir de ahí, esperar la aparición de la gente de calidad en ataque. A ver si podemos mantener algún día la portería a cero.

—Tendréis enfrente a Castillejo, un ídolo en Málaga.

—Cuando llegué al Málaga, él salió hacia Vila-real. Pero a Samu le he sufrido; en juveniles, cuando dirigía al Valencia, me enfrenté a él en la Copa... y nos eliminaron. Aquí, en Málaga, es muy querido.

—Le ha costado asentarse en el Villarreal, como a otro exmalaguista, Samuel García, ya fuera del club amarillo.

—Para todos los futbolistas jóvenes es complicado salir de su hábitat natural, de su zona de confort. Pero, en el caso de Castillejo, este año ya está demostrando que está asentado en el Villarreal. Aquí sabemos de su calidad y es uno de los jugadores con el que deberemos tener especial atención.

—Ya que estamos hablando de individualidades, ¿qué jugadores del Villarreal os preocupan más para el partido de mañana?

—El Villarreal nos preocupa como bloque, porque es un equipo en el que la aportación de un solo jugador no vale. Pero no voy a descubrir nada si digo que lo que más nos preocupa del rival es su zona media, ese juego que tienen Bruno y Trigueros. Cuando filtran un pase, es pase de gol.

—Ustedes tienen a otro ‘jugón’ destacado, el castellonense Pablo Fornals.

—Es un hombre muy importante en el actual Málaga. Además de todo lo que nos aporta en el campo, sirve de ejemplo a todos los chavales de abajo, porque ven como con esfuerzo, sacrificio y constancia los sueños se pueden cumplir. Pablo no parece que tenga 20 años, Tiene la cabeza amueblada y siempre está pendiente de cualquier detalle para mejorar. Tenemos mucha ilusión con él.

—El Villarreal es uno de los mejores locales de la Liga; ustedes unos de los peores visitantes...

—No nos condiciona. Vamos con la idea de ganar en cualquier escenario. Esa es la mentalidad que queremos transmitir.