Las diferentes etapas que se viven dentro del mundo del fútbol pueden dejar grandes amistades o generar situaciones en la que el desgaste acaba provocando una desunión que termina con un distanciamiento que llega a convertir una relación en inexistente. De amigos irreconciliables podríamos tildarles a Fran Escribá y Quique Sánchez Flores, respectivamente entrenadores del Villarreal CF y Espanyol, quienes volverán a verse las caras esta noche en el Estadio de la Cerámica (20.00horas), reeditando el frío reencuentro del pasado ejercicio, en el que evitaron saludarse.

Fue el 2 de octubre del 2016, en el estadio de Cornellà-El Prat, cuando cinco años después de su ruptura profesional volvían a verse las caras, o al menos a enfrentarse deportivamente. Ninguno se escondió, no se buscaron, fueron a la suya, dejando claro que lo que fue un cuerpo técnico existoso se quedó finalmente en eso.

Con Quique Sánchez Flores de primer entrenador, Fran Escribá fue su segundo durante siete temporadas —una de ellas fue sabática—, cuando el Faraón dirigió el Getafe (2004/05), Valencia (2005/07), Benfica (2008/09) y Atlético de Madrid (2010/11).

Con ambos en el mismo cuerpo técnico, hicieron buenas campañas en el Getafe, Valencia (llegando a cuartos de final de la Chmapions) y logrando títulos con el Benfica (Copa de la Liga de Portugal) y Atlético de Madrid (UEFA Europa League y Supercopa de Europa). Casi nada.

Pero alegando ambos que tenían diferencia de ideas y desgaste en la relación profesional, decidieron separar sus caminos. Flores estuvo en Emiratos Árabes e Inglaterra, y Escribá fue labrándose un nombre en solitario en el Elche y en el Getafe, antes de recalar en el Submarino.

dardos envenenados / Ayer, ambos realizaron la comperecencia previa al duelo de esta noche, en el que ambos quisieron pasarle la presión a su oponente utilizando los elogios como argumento. «El Espanyol tiene potencial para ser uno de nuestros rivales directos y pelear por lo mismo que nosotros», dijo Escribá, aunque la diferencia de presupuesto es evidente y los periquitos están un peldaño por debajo de los groguets.

Pero no tan por encima de los blanquiazules como disparó Quique: «El Villarreal está por encima de nosotros. Un equipo de Champions con futbolistas de Champions», dijo sin cortarse. Hoy no volverán a saludarse y veremos quién tenía más razón.