Con cara de satisfacción y con la certeza de estar en la senda correcta, Escribá analizó ayer el aplastante triunfo del Submarino en Vitoria, donde el preparador valenciano considera que su equipo logró la victoria ante el Deportivo Alavés más por «mérito» de los suyos que por «demérito del rival». «La actitud ha sido la correcta, la puesta en escena también, la ambición, el juego, la ocasiones y los goles, qué más se puede pedir. Además, la plantilla ha mantenido el mismo nivel los noventa minutos», expuso.

El técnico del Villarreal analizaba en zona mixta el incontestable triunfo por 0-3 que lograron los groguets ante los vitorianos, reconociendo que en el descanso les dijo «a los jugadores que estaban haciendo el mejor juego de la temporada», por lo que afirmó que ahora deben «seguir así».

Para el míster no fue nada sencillo ganar «en un escenario donde el público y el rival te exigen tanto». «Ellos han empezado con una fuerte presión pero nosotros hemos ido poco a poco adueñándonos del juego y el gol a la media hora ha sido clave», remarcó un Fran Escribá que consideró que «en la segunda parte entramos bien y a partir de marcar dos goles más sufrimos realmente».

PIDE PACIENCIA PARA TODOS // Sobre las críticas ante las dos primeras derrotas, Escribá hizo un llamamiento a la cordura. «En el fútbol hay que tener paciencia, conmigo y con todos los compañeros, porque se pasa del blanco al negro muy rápido. Nosotros no tenemos dudas de que la afición está de nuestro lado y vamos a trabajar duro para darle alegrías como esta», añadió el técnico.

Incluso dejó claro que «nunca en el seno del vestuario nos habíamos preocupados porque sabíamos que trabajando así, y recuperando jugadores, los resultados iban a llegar, y ahora hemos recuperado la línea a seguir con tres victorias consecutivas».

Sobre el Alavés, que es colista con cero puntos, afirmó que tiene «buen equipo» y ha asegurado que está «llamado a tener una permanencia cómoda». «Cuando enlazas malos resultados, como nos ha pasado a nosotros, se generan dudas, hay nerviosismo y, a veces, ese nerviosismo se traduce a los jugadores», agregó.

Incluso confesó que vivió el partido con mucha inquietud, dado lo importante de los puntos en juego, destacando que al final estaba «de pie con tensión» y valoró en gran medida que sus futbolistas «desde el minuto uno jugaron bien y fueron intensos».

«Es de esos días en los que no debo mirar al rival y sí aplaudir a mi equipo», finalizó Escribá.