El presidente del Playas de Castellón, Toni Escrig, valoró la renuncia de su club a la disputa de la Copa de Europa en Mersin (Turquía). El motivo no es otro que el de la seguridad de un enclave ubicado a escasos kilómetros del conflicto sirio: «Ha sido una decisión que nos ha costado bastante tomar, pero hemos primado el tema humano. Los atletas estaban intranquilos; el año pasado les acompañé y estábamos en un estado policial».

Escrig recuerda que en el mismo punto en el que se debía celebrar la competición, «el año pasado hubo un atentado con varios muertos a los pocos días de la disputa de la Copa de Europa», por lo que se puso en contacto con el Ministerio de Exteriores para buscar una garantía que no ha llegado: «No nos han contestado y después de ver que los atletas estaban muy preocupados, hemos decidido renunciar».

Tras la negativa del Playas, la RFEA tenía previsto ofrecer la posibilidad de acudir al Barcelona, puesto que si no compite en Mersin ningún club español se descenderá al grupo B: «Lo hemos comentado con los patrocinadores y lo han entendido. El año pasado estábamos bien en el hotel, pero no pudimos salir de ahí durante los tres días. Nos llevaban escoltados a competir».