Formar parte de un cuerpo técnico de élite en el deporte profesional está al alcance de muy pocos, y más si se trata de una de las tres mejores tenistas de la historia. Pues el fisioterapeuta y osteópata castellonense Rubén Mateu tiene el privilegio de ser uno de los hombres de confianza de, nada menos, que Serena Williams, actual nº 2 del ránking mundial de la WTA y la única fémina del mundo de la raqueta, junto a Steffi Graf, que atesora 22 torneos del Grand Slam y que acumulan ambas 186 semanas consecutivas como número 1.

Serena, que actualmente tiene 35 años, suma un total de 309 semanas en lo más alto del ránking mundial y todavía aspira a superar a Martina Navratilova (332) y a Steffi Graf (377). Aunque lo que tiene alcance de su mano es convertirse en la única tenista de la historia en ganar 23 Grand Slam, ya que en estos momentos está en cuartos del Open de Australia.

Tras pasar un tortuoso 2016 marcado por las lesiones, uno de los secretos de la recuperación de la tenista de Seginaw (Michigan, EEUU) ha sido el fichaje de Rubén Mateu para el cuerpo técnico que dirige el entrenador de Serena, Patrick Mouratoglou.

del balonmano al tenis / Mateu (Castellón, 3/11/1978) fue jugador de balonmano, militando en Primera Nacional en el BM Castellón y BM Arganda del Rey, y en División de Honor Plata en el BM La Roca. Tras ello, se fue a residir a París, donde estuvo 10 años como fisioterapeuta y osteópata de uno de los grandes de la División de Honor francesa, el Tremblay en France, el máximo rival del PSG en la capital gala.

Además, Rubén Mateu trabajaba en un hospital y como profesor en la Escuela de Osteópatas en París, de donde le llegó la posibilidad de entrevistarse para formar parte de un cuerpo técnico de élite. «Primero no sabía de quién se trataba», explica desde Melbourne a Mediterráneo el castellonense, pero fue pasando entrevistas hasta que le llegó «la definitiva y se trataba de Serena».

El apoyo de su mujer, clave / Lo curioso del caso es que, tras 10 años en París, tanto él como su mujer, Lidón, habían decidido dejar Francia para regresar a su domicilio de Benicàssim, ya que fueron padres de un niño (Lucas) hace poco más de un año. «Pero el destino quiso que pasara lo que pasó y desde octubre tuve que marcharme a Miami, donde permanecí mes y medio con la recuperación y pretemporada de Serena», indica, añadiendo: «Debo agradecer el apoyo de mi mujer, que me animó a aceptar un trabajo que supone estar lejos de ellos más de seis meses al año».

Ahora, en manos de Rubén Mateu, está recuperar el máximo nivel de Serena y ayudarle a su regreso al número 1 mundial, puesto que es su fiel escudero.