Se presentaba el Madrid de nuevo en casa tras salvar en Sevilla los muebles extraviados en París y la victoria, pese al murmullo creciente de la grada con 1-0 a falta de 20 minutos, otorga al equipo, que se coloca líder, un espaldarazo de confianza equiparable al de sus goleadores: Vinicius y Rodrygo.

Las señas de identidad de Osasuna en su exitoso regreso a Primera son la presión intensa y el atrevimiento, y en el Bernabéu se presentó, pese a los cambios, con los preceptos claros y sin complejos. El resultado inicial fue un partido igualado, con alternativas y un Madrid sin capacidad para mover con fluidez el balón en el centro del campo. Pero los minutos pasaron y el intercambio de golpes que planteó arrasate terminó del lado de un Madrid lejos de su mejor versión.

Rotación masiva

Zidane dispuso la cara B con la cabeza puesta en tres puntos muy poco seguros el sábado en el estadio del Atlético. Con siete cambios respecto a los concebidos como titulares, solo Ramos, Casemiro y Kroos tienen previsión de repetir el fin de semana ante el Atlético, además de Nacho, que debutó esta temporada y seguirá como sustituto de los lesionados Mendy y Marcelo en el lateral izquierdo.

La primera ocasión blanca llegó casi al minuto 20, pero Jovic igualó el error del rival y mandó fuera un balón franco dentro del área pequeña, seguida de un disparo lejano de Kroos. Fueron una excepción, pese a que el atrevimiento de Osasuna le daba a los blancos los espacios necesarios para correr. Vinicius y Lucas Vázquez pudieron desbordar, pero no generar peligro.

El partido avanzó sin control, con la vocación ofensiva pamplonica intacta y el Madrid con posibilidades para generar, escaso de ideas y determinación, más cerca de la improvisación que de la planificación, pero cada vez más cerca del gol.

Gol de Vinicius

Uno de los señalados, Vinicius, empezó a recuperar confianza con un gol, no marcaba desde febrero, con un buen disparo desde fuera del área que rozó lo justo en Raúl Navas para convertirlo en imparable y adelantar al Madrid entre una emoción desbordante. El brasileño, que celebró el tanto rebosante de emoción, mejoró en los metros finales, no así Jovic.

La segunda parte empezó con la iniciativa de Osasuna, pero la ocasión fue de nuevo para el Madrid, de nuevo para un Jovic que volvió a fallar, aún en mejor disposición que en la primera parte, tras un grosero fallo defensivo rival.

A la tercera, Jovic no falló, definió con tranquilidad en el mano a mano ante Rubén, pero el VAR aseguró que el serbio estaba en fuera de juego, por milímetros, cuando el pase salía de las botas de Lucas Vázquez. Era la consecuencia del partido, con Osasuna más concentrado en atacar que en subsanar sus crecientes errores en defensa, que le daban vida a un Madrid que, a su vez, jugaba como si la diferencia en el marcador no fuera exigua.

Aparición de Rodrygo

Arrasate cambió a sus delanteros para buscar el empate y Zidane hizo debutar a Rodrygo, que se presentó a lo grande: control impecable, aceleración, recorte y disparo al fondo de la portería de Osasuna. No fue un gol casual, no hubo rebotes, ni hay reproches, solo acaeció una presentación a lo grande, una sentencia, para Osasuna; y una ilusión nueva para el madridismo.