Sin el brillo del partido de Serbia, sin la intensidad del día de Italia, pero con la misma determinación y el mismo espíritu, España se abrió paso también frente a Polonia en los cuartos de final que dan acceso a la lucha por las medallas y se impuso por 90-78. La selección ya está entre los cuatro mejores del Mundial de China 2019, la barrera en la que se había estrellado en las dos últimas ediciones, todo un éxito se mire como se mire, y este viernes se medirá en las semifinales al ganador que saldrá hoy del Australia-República Checa.

Ricky Rubio, una vez más, con 19 puntos, 9 asistencias y 5 rebotes, y Rudy Fernández, con 16 puntos y 5 de 5 en triples, encendieron la luz en un encuentro sufrido de principio a fin para los jugadores de Scariolo que, en esta ocasión, tuvieron que ponerse el mono de trabajo y sufrir para dejar a su rival en la cuneta.

No es casualidad que Polonia se haya plantado en la pelea por los puestos de honor. Desde el primer instante exigió la máxima concentración a la selección. No es un equipo con el talento de la selección española, pero es un bloque sólido y constante, que está en un momento de confianza espléndido. Por ejemplo, el del base nacionalizado A. J. Slaughter, que estará esta temporada en las filas del Betis, un manejador extraordinario de balón.

PROBLEMA DE MARC / A la selección le costó un mundo sacar adelante el partido, porque además del carácter granítico de Polonia se encontró con un problema adicional: las malas sensaciones de los dos grandes: Marc Gasol y Willy Hernangómez.

El pívot catalán ha trabajado bien los aspectos imprescindibles —la defensa, las ayudas, la generación de juego—, pero no está fino cuando ataca el aro y parece falto de confianza, sin la chispa habitual. Willy tampoco consiguió darle un relevo adecuado cuando estuvo en pista. Y ese aspecto desequilibró el juego español y facilitó la defensa de Polonia.

Por suerte, Ricky se encargó de tirar el carro, junto a Rudy, la fortaleza defensiva de Claver y la aparición de Juancho Hernangómez en el tercer cuarto resultó providencial para llevar a España hasta las semifinales.