Cuatro años después del cuestionado Mundial con césped artificial, la FIFA se toma en serio la cita más importante para las mujeres en el fútbol: ha duplicado su inversión, será el campeonato femenino más visto de la historia y pretende batir récords de asistencia. La cita comenzó ayer en el Parque de los Príncipes de París con la anfitriona, Francia, debutando ante 47.600 personas; y terminará dentro de un mes, el 7 de julio, en el estadio de Lyón ante 59.186.

Hoy, la selección española debuta ante Sudáfrica (18.00 horas, en El Havre), a priori una de las rivales más débiles para la Roja. El técnico, Jorge Vilda, ha insistido en que el único objetivo es no ponerse metas más allá de conseguir la primera victoria de España en su segunda participación. Tras la decepción del 2015, superar la primera fase sería «un paso adelante». «Como han estado haciendo las jugadoras estos últimos años», añade Vilda (24 años), el seleccionador más joven de la cita.

España, que repite con un bloque sólido de 13 veteranas, jugará el segundo partido ante Alemania. Será el más complicado por tratarse de la segunda en la clasificación FIFA y una de las favoritas. El tercer partido, ante China, será clave. España tiene estatus y jugadoras para asegurar la segunda plaza y pelear incluso por la primera, pero en el tercer encuentro se encontrará con unas rivales incansables y con un buen nivel de juego.

Números demoledores

El primer Mundial femenino con VAR ha pasado de 3 a 18 patrocinadores, se verá en 135 países y la FIFA estima que llegará a 1.000 millones de espectadores. Delante de las cámaras, 24 selecciones con 552 jugadoras dispuestas a demostrar que el fútbol femenino de élite rompe los moldes. La propia FIFA ha recogido el guante duplicando las primas (de 15 a 30 millones de dólares) y aportando 11,5 millones a las federaciones participantes, además 8,48 millones a los clubs que ceden jugadoras. A falta de 50 días, la organización ya había anunciado el récord de entradas con 720.000 localidades vendidas y aforo completo para el partido inaugural y todos los encuentros de la recta final.

En lo puramente deportivo, la vigente campeona, Estados Unidos, tiene el cartel de favorita y defiende título. Las norteamericanas se han alzado con el trono en 1991, 1999 y 2015, pero en los últimos años ha tenido seria competencia de países como Alemania, Japón y el auge reciente de Inglaterra.

Selecciones que crecen

La campeona de Europa, Holanda, quiere demostrar su crecimiento de la mano de la jugadora del Barcelona Lieke Martens y la estrella de la liga inglesa Vivianne Miedema. A ellas se suma la explosión de Inglaterra (tercera en la anterior cita); y las pretensiones de Canadá o Australia o de la propia anfitriona.

Además, debutan en un Mundial Escocia, Jamaica, Sudáfrica y Chile, mientras que Argentina regresa 12 años después de su última participación.