La Roja se levantó en el último suspiro para evitar la primera derrota de la era Lopetegui. Wembley le había quedado grande, muy grande, durante casi hora y media, pero aparecieron Aspas e Isco para arreglar un partido en el que la selección española resultó atropellada durante mucho tiempo y que podía haber significado un grave retroceso en su puesta al día a las órdenes del relevo de Vicente del Bosque. En el último encuentro del año, después de un despegue esperanzador, habían vuelto a aparecer sombras sobre su capacidad para recuperar a corto plazo una porción estimable de las virtudes que la hicieron campeona de todo no hace demasiado tiempo. Su reacción en los últimos minutos hizo renacer la ilusión después de que Lallana, de penalti, y Vardy hubiesen adelantado a Inglaterra.

Lo tuvo muchísimo más claro el conjunto inglés, para el que jugar en su gran templo londinense no es ninguna broma. Tampoco lo era para la selección española, no en vano Lopetegui no dio ni un minuto al guardameta del Villarreal, Sergio Asenjo.

El seleccionador español decidió poner en juego una defensa experimental, colocando a Azpilicueta como central al lado de Íñigo Martínez, dos de las cinco novedades respecto a la alineación ante Macedonia, y a Nacho como lateral izquierdo. Casualmente, el primer robo inglés en la banda del madridista generó un gran pase de Lallana a la espalda del central de la Real, que no estuvo nada fino y permitió que Vardy se plantara ante Reina, que le hizo penalti.

Lo marcó el citado Lallana (m. 9) y para el conjunto británico fue la mejor excusa para intensificar su presión. Con una tensión y una convicción a las que la Roja apenas podía responder.

La estrechísima vigilancia sobre Busquets lastró decisivamente la fluidez española del equipo español, que se vio colapsado en todo el primer acto y en situación de verse sorprendido una y otra vez tras pérdidas en zona de alto riesgo por las salidas de los ingleses, sobre todo de Sterling, un verdadero puñal por banda.

El panorama no cambió tras el descanso, porque nada más reanudarse el juego una pérdida de Thiago precipitó otra llegada con todo de los ingleses, que acabó con un cabezazo inapelable de Vardy a centro de Henderson para ampliar la ventaja local (m. 48). Casi a continuación, Reina evitó el tercero ante Walcott después de otro despiste en la medular.

Tras una aislada acción entre Koke y Silva que solventó Heaton se sucedieron nuevas y grandes dificultades para Reina, víctima de la ceguera de sus compañeros a la hora de adaptarse a las circunstancias del choque.

Todo cambió con la obra de arte con que Aspas metió a España en el partido en el minuto 89. Una rosca con la zurda que dejó boquiabiertos a quienes hasta ese momento celebraban el triunfo, los aficionados ingleses. Enmudecieron cuando Isco, que acababa de tener la oportunidad de empatar en un córner, acertó en el último instante a colar el balón bajo las piernas de Heaton para establecer un empate inimaginable un cuarto de hora antes. H