El partido con el que abrirá este jueves la segunda fase del Mundial no podría albergar más alicientes ni dramatismo para la selección española (14.30 horas, Cuatro). Todo a una carta. Frente a Italia, pondrá en juego España buena parte de los sueños que alberga en este campeonato.

Un triunfo dejaría el camino prácticamente abierto hacia los cuartos de final, sin importar demasiado el partido que habrá que jugar el domingo frente a Serbia ya que descolgaría a los italianos que han pasado con una derrota. Perder, en cambio, sería poco menos que una condena, porque obligaría a los jugadores de Scariolo a jugarse su clasificación frente a los balcánicos, una posibilidad que viendo la trayectoria de uno y otro equipo en el campeonato se antoja más que complicada. Casi una utopía.

Es un partido en el que sabes que te juegas estar en los primeros ocho de un Mundial, que es un objetivo buenísimo. Y el momento al que mirábamos desde el inicio, dice el técnico.

En la reciente historia, la selección ha dado mil y un ejemplos de competitividad. Ahí están las 10 medallas en los últimos 12 torneos internacionales. Pero, más allá de los nombre ausentes (Pau Gasol, Sergio Rodríguez, Ibaka, Mirotic, Abalde), que se notan, no está funcionando la química del grupo. No lo ha hecho, al menos, en los tres partidos de la primera fase de una forma consistente.

RIVALES DE PESO

En lugar de caras de diversión, como solía verse en este grupo, hay rostros de sufrimiento. La defensa funciona a ratos, los triples no llegan, las dudas no acaban de disiparse como todos querrían. Y para colmo, Italia llega irradiando confianza, como hacía tiempo que no sucedía.

Dos jugadores sobrados de experiencia como los NBA Gallinari (en Oklahoma) y Belinelli (en los Spurs) son los que aparecen y tiran del grupo en los momentos difíciles y contagian a otros con calidad de sobra (Datome, un talento contratastado; Daniel Hackett, el exestudiantil Gentile o el nacionalizado y exUnicaja Jeff Brooks), para complicarla la vida al rival más exigente. Alejada desde hace tiempo de la escena internacional, Italia tiene hambre y ganas de cambiar el paso y esa ambición es lo que le has transmitido Romeo Sacchetti como nuevo repsonsable de la azurra.

MÁXIMA EXIGENCIA

"Italia es un equipo de nuestro nivel y para ganar hay que estar ya al cien por cien, reflexiona Scariolo sobre un equipo al que conoce a la perfección.Y aunque algún jugador puede estar tocado, con el 90% no bastará porque Italia tiene grandísimos jugadores, jugadores de complemento, muy perimetral y está muy bien", señaló el técnico nacido en Brescia hace 58 años.

Scariolo advierte que para el encuentro de este jueves ya no vale una buena racha defensiva o tres o cuatro acciones encadenadas en ataque. La transformación del equipo español tiene que ser absoluta. El equipo debe desprenderse de esa falta de garra que lo atribuló en el encuentro frente a Irán y que volvió a hacerle vivir al límite. Y, por supuesto, tienen que aparecer más jugadores que respalden el trabajo de Ricky y Marc Gasol, que son lo que están tirando del carro, con apariciones fugaces de Llull y Rudy, quien precisamente sufrió una leve torcedura de tobillo en el último partido.

Ha llegado el momento del liderazgo y de los jugadores con experiencia, con talento y con costumbre de jugar esta clase de partidos. Ellos marcarán el camino y tendrán la tarea de enseñar a los demás cuál es la dirección que hay que coger. Y como lo han hecho siempre, no dudo que lo harán", destacó el preparador español.

Todos tenemos experiencia y este es el partido que todos queremos jugar. A partir de ahí, coger confianza y jugar nuestro juego, señaló Victor Claver.