España inició anoche en Vila-real su recta final hacia Rusia. La selección de Lopetegui, en un buen partido, no pudo pasar del empate ante una reservona Suiza que se llevó una alegría al no caer ante una de las candidatas al conquistar el Mundial 2018, gracias en gran medida al regalo de De Gea en el tanto helvético (1-1).

El Estadio de la Cerámica se vestía con sus mejores galas para recibir a la Roja en el penúltimo amistoso previo a la cita mundialista, la última en suelo nacional, con un ambiente ensordecedor y un público entregado a la causa.

Los más de 18.000 espectadores que poblaron las gradas dieron el calor y colorido que la selección española merece. En especial brillaron los cánticos a Andrés Iniesta, siempre que tocó el balón y en especial cuando fue sustituido, así como a varios de los futbolistas de la Roja. Y uno de ellos tuvo una calidez especial desde la grada: Gerard Piqué. El centre oyó corear su nombre en muchas de sus intervenciones.

Pero ovaciones al margen, en lo futbolístico, España mostró sus cartas de lo que podremos ver en el Mundial. Buen trato de balón, posesiones largas, movilidad en la parcela ofensiva, verticalidad… y remate. Algo de lo que adolecía en épocas pretéritas.

Lopetegui es un técnico al que le gusta trabajar los partidos, y ello se notó no solo en la parcela ofensiva, sino también en la estrategia a balón parado y cuando la Roja no tuvo el balón, pues supo presionar muy bien y ahogar la salida de balón helvética.

Como sistema base, España parece que jugará con un 4-3-3, como el que dispuso ayer. Con De Gea en portería que parece el fijo, la defensa tuvo un par de novedades en relación a un hipotético equipo titular, ya que Odriozola y Azpilicueta suplieron las ausencias del lesionado Carvajal y del capitán, Sergio Ramos, con descanso por la Champions. Piqué como central y Alba en el lateral zurdo completaban la zaga.

En la medular, la baja de última hora de Busquets por un problema estomacal la suplió Thiago, con Iniesta y Koke de interiores. En ataque, Silva y Aspas abiertos en banda y Diego Costa como referente. Con ello, España ejerció de dominadora. Fue el equipo que quiso el esférico, ante una Suiza conservadora.

Como recompensa al buen juego llegó el primer tanto, con un zapatazo con el exterior de la pierna diestra de Odriozola en el borde del área, cuyo tiro cruzado tras el rechace previo de la zaga se coló en diagonal en el marco de Sommer. El 1-0 hacía justicia.

CUANDO FALLAS… // La segunda mitad tuvo un guión similar al de la primera, aunque con el carrusel de cambios lógico de un amistoso. Pese a ello, los Thiago, Iniesta y compañía seguían mandando del juego. España generaba fútbol y peligro, pero las ocasiones del propio Iniesta, Diego Costa y Aspas no encontraron el camino del gol. Y Lopetegui decidió refrescar el ataque y la medular.

Saúl, Lucas Vázquez, Asensio y Rodrigo Moreno le dieron otro aire al ataque español. Pero el gol no quería entrar. Y pasada la hora de juego, en una acción aislada, De Gea no supo blocar un tiro aparentemente sencillo de Embolo, cuyo rechace blando lo mandó a la red el suizo Rodríguez (1-1).

Un jarro de agua fría que no deslució el fútbol ofensivo, de toque y ocasiones de la Roja. Lucas, Asensio y Rodrigo animaron el ataque, mientras que Koke y Saúl lo intentaron desde larga distancia. Pero el gol no quería entrar y España se despidió de suelo nacional con empate.