España inició su camino hacia el Mundial de Rusia 2018 con una exhibición goleadora en una segunda parte impecable, en la que marcó siete tantos en su mayor paliza contra Liechtenstein (8-0), la noche que Diego Costa puso fin al debate en torno a su falta de gol con la Roja.

El primer partido oficial de Julen Lopetegui extendió la ilusión del debut frente a Bélgica. España pasó del atasco a la brillantez, de la falta de pegada a un recital goleador gracias a un movimiento táctico con un cambio en el descanso. La entrada de Nolito y el desborde por las dos bandas fueron decisivos en un partido que deja una apasionante lucha por la posición de delantero centro.

El encuentro esperado por todos no tuvo una buena lectura de España en el primer acto. Solo dos tiros a puerta no plasmaron en el marcador su dominio total. Faltaron buenas lecturas en los últimos metros, una mejor elaboración de las jugadas y remate, sobre todo remate. Lo puso Diego Costa en la primera llegada de la Roja (min. 10) pero, después, nada de nada hasta el descanso.

La renovación de ilusión con la llegada de un nuevo seleccionador es indiscutible en los internacionales españoles. Su entrega encontró el premio con el cambio radical de imagen en el segundo acto. Llovieron goles, hasta cuatro en 11 minutos, en cuanto España añadió disparo.

Los goles son importantes en un grupo duro en el que España se la jugará con Italia por el puesto que da acceso directo al Mundial de Rusia. Provocó que tras uno, se buscase otro segundos después. Incluso genera piques sanos: si Diego Costa anota dos, entonces sale Morata y, en poco más de un minutos, también los firma. Los mismos que David Silva. Los nuevos Sergi Roberto y Vitolo completaron la paliza, a la espera de retos más exigentes. H