Aunque fue en el descuento y de penalti, el empate de Noruega fue justo ante una España obtusa y gris, con las variantes ofensivas contadas y que perdió en muchos tramos el control del balón; no mostró voracidad ofensiva, no impuso el partido que le interesaba y sufrió de manera ingente en el tramo final ante una Noruega que consiguió el punto que, al menos, mereció durante los 90 minutos.

La previsión era un partido cerrado y, ante el reto, Robert Moreno planteó toda una serie de variantes para atacar la disposición defensiva cerrada y compacta de Noruega. La gran apuesta fue la posición de Oyarzabal como un delantero centro móvil, versátil y combinativo. Ceballos se movió constantemente desde su banda izquierda de partida hasta la zona central, para crear situaciones de superioridad con Fabián, y Saúl Ñíguez era el encargado de liderar la presión. El plan, sobre el papel, era prometedor, pero su desarrollo en la práctica fue desalentador. El juego fue espeso, lejos del dinamismo del primer tiempo ante Rumanía y sin ocasiones de peligro que anotar en la columna de los aciertos. El experimento duró 15 minutos y Rodrigo jugó el resto del partido en la punta del ataque español.

La selección noruega, con perfiles de jugadores con mucha técnica y el buen trato de balón como argumento, dio un paso adelante en cuanto pudo y, a su espalda, surgieron los espacios para la primera aparición en ataque de un lateral español y la única ocasión del primer tiempo: un centro raso de Jesús Navas que nadie acertó a rematar.

Crecimiento nórdico / Noruega, a la que le funcionaron mejor con las combinaciones entre Odegaard y King que los balones largos al área rival, no retrocedió ante el susto y el partido salió ganando, con más alternativas, sin ocasiones, pero con los nórdicos cada vez más asentados.

España fue la gran damnificada, no volvió a crear peligro y desapareció del partido, perdió posesión de balón y, cuando la tuvo, su juego fue denso y lento, con fallos en el pase y poca profundidad. El equipo completó los peores minutos de la época Robert Moreno, sin intensidad para intentar acometer un robo, y Noruega se fue al descanso con la sensación de que estaba más cerca del gol que España.

La segunda parte comenzó con la segunda incursión de un lateral, ahora le tocó a Bernat y, tras el despeje de la defensa noruega, Saúl enganchó un disparo tras el bote del balón que le dio un gol a la selección mucho antes de haberlo merecido.

Noruega confirmó en la jugada siguiente su superioridad en el juego aéreo, la opción a la que se agarró en el tramo final para buscar el empate. El gol le dio a la selección un sustento, pero las necesidades salían a relucir en cada jugada, en cada intento frustrado de construir una jugada desde la base. No hubo un contragolpe de los de Robert Moreno, ni una jugada elaborada; las mejores ocasiones fueron otros disparos de Fabián que rozaron los palos noruegos. Desde el banquillo entró Cazorla, pero la mejoría fue momentánea ante el asedio creciente de Noruega sobre el área de Kepa. El siguiente cambio de Robert Moreno fue Rodrigo Hernández, por Oyarzabal, para intentar contener la tormenta.

Los nórdicos sacaron todas las reminiscencias de su pasado futbolístico para buscar el empate, a la desesperada, con balones largos y una acumulación ingente de atacantes en el área rival. Los centrocampistas españoles acumularon pérdidas de balón entre la desesperación generalizada de todo el equipo que se cristalizó en un penalti de Kepa, por atropello de un noruego ya en el descuento, que King convirtió en el empate entre la locura generalizada de todos los noruegos.

RÉCORD PARA RAMOS / Pese a la pequeña decepción de dejar escapar el billete para la fase final de la Eurocopa en el último instante, para Sergio Ramos el de ayer acabó siendo un encuentro muy especial. El madridista se convirtió en el jugador que ha vestido más veces la camiseta de la Roja con 168 partidos al superar a su excompañero de club Casillas. «Es secundario. Hubiera cambiado que no fuera el partido 168 y ganar a Noruega. Pero es un orgullo para mí», dijo el central.