Como si fuera tierra hostil. A escondidas, accediendo al hotel a 50 metros de la recepción entre policías y seguridad privada. Así entró ayer la selección española en su alojamiento cerca del puerto de Alicante. La tremenda polémica desatada por Gerard Piqué tras sus declaraciones criticando la dureza de las fuerzas de seguridad en Cataluña y su posterior rueda de prensa intentando apaciguar los ánimos no logró todo el efecto esperado.

Piqué fue recibido por unos 200 aficionados que expresaban división de opiniones. El central del Barça escuchó y vio de todo. Desde una pancarta en la que se podía leer «Piqué, te queremos», hasta peticiones para hacerse fotos, todo ello mezclado con una buena ración de pitos y cánticos de alabanza a España.

En esa línea se manifestaron algunos seguidores en el aeropuerto de Barajas. «¡Viva España!», escuchó el defensa catalán, que firmó una camiseta del Barcelona con su nombre. Su objetivo de pacificar el ambiente no pareció haber dado el resultado esperado.

Menos aún cuando Sergio Ramos dio, por fin, su opinión de todo lo acontecido alrededor de su compañero de selección: «No ha sido una semana fácil para ninguno. Se ha mezclado política con deporte y eso ha sido un error. No seré yo el que diga lo que tiene que hacer la gente ni si un independentista pueda ir a la selección», valoró el capitán del Real Madrid y de la Roja.

LOPETEGUI DA LA CARA / También se esperaba que Julen Lopetegui zanjara el tema de la semana para rebajar la tensión y centrarse en el partido de clasificación para el Mundial de Rusia 2018 de esta noche. «El tema de Piqué ya es pasado. Nos jugamos un Mundial. El objetivo es suficientemente potente para que reúna todas nuestras energías», afirmó el seleccionador español.

El técnico admitió que como personas están al tanto de toda la polémica que afecta a Cataluña en los últimos días. «Claro que nos afectan estas cosas, pero tenemos responsabilidades y la nuestra es estar aquí con un objetivo muy importante que nos obliga a estar al 100%», explicó.

Y volvió al fútbol, destacando la peligrosidad de Albania: «Allí nos costó mucho ganar».

En el entrenamiento oficial de ayer en el estadio José Rico Pérez dde Alicante, presenciado por 17.000 aficionados, muchos corearon el nombre de Piqué en repetidas ocasiones, obligando a saludar al jugador a la grada, pero el central también escuchó silbidos, si bien el tono de las críticas fue mucho menor que el que vivió en Las Rozas el pasado lunes.

RIVAL DÉBIL / Esta noche (20.45 horas, TVE-1) Piqué estará en el centro de la defensa en el choque ante Albania, que aparecía el pasado mes de septiembre en el número 55 del ranking FIFA. Es tercera del grupo G, con 13 puntos por detrás de Italia (19) y España, líder con 22.

En el banquillo de la selección de Albania estará esta noche un gran conocido de la afición madridista, Christian Panucci.

Desde que el técnico italiano, de 44 años, tomó las riendas el pasado mes de julio para sustituir a Gianni de Biasi, que ha recalado en el Alavés, Albania no conoce la derrota. Bien es cierto que en su haber aparece un triunfo ante la débil Liechtenstein por 2-0 y un empate ante Macedonia (1-1). La meta de Albania, según los planes de Panucci, es la clasificación para la Eurocopa del 2020.