Un 67% de posesión, 17 remates, 14 córners y un gol salvador en el minuto 87. Dominio total y sufrimiento para ganar. Los equipos de toque han vivido más de una vez ese guión, también los aficionados de la Roja desde que cambió su estilo, en la etapa de Luis Aragonés, para enterrar los desastres y alcanzar la gloria con la selección española, que solía abandonar una gran competición en cuartos.

Cuando los rivales se cierran, casi siempre, cuesta marcar, sobre todo cuando falta un delantero centro determinante. Desde Villa no lo tiene España. Esa es la carencia de un equipo que sigue jugando mejor que nadie. Ante la República Checa pudieron extraerse muchas conclusiones, la mayoría positivas.