Al tercero, llegó, al fin, el silencio y la foto entre Galca y Luis Enrique, una imagen cargada de simbolismo tras dos tensos y polémicos derbis que habían envenenado el ambiente en la ciudad. Cornellà acoge un partido marcado por el indisimulado esfuerzo de Espanyol y Barça de volcarse solo en el balón, olvidando viejas rencillas y empeñados ambos clubs en que no se dé el más mínimo brote de violencia, sensibilizados como andan tras haber protagonizado 180 minutos llenos de líos. El 4-1 logrado en la ida abre, además, un panorama bastante más calmado.

“Es un partido y nada más”, proclamó Galca, el técnico del Espanyol, antes de recibir a Luis Enrique en su casa. “Le pido a la afición y a todo el mundo que apoye al equipo y no entre en otros temas”, imploró el entrenador rumano. “En la ida hubo tensión, pero espero que no suceda en nuestro campo”, añadió.

“TRANQUILIDAD” // Antes de ir a Cornellà para la primera foto en el tercer y penúltimo derbi del curso, Luis Enrique también se unió a ese mensaje conciliador de su colega. “Es importante poner un poco de paciencia y de tranquilidad”, recalcó el técnico azulgrana. “Lo importante es lo que pase en el terreno de juego”, subrayó el asturiano, quien posó después con Galca en una imagen que adquiere ahora mayor trascendencia tras la polémica de los dos derbis anteriores. No hubo opción, ni en el primero ni en el segundo, debido a problemas de agenda, a que ambos entrenadores coincidieran. “Si la foto con Galca ayuda a que se calme cualquier brote de violencia, sería fantástico”, contó Luis Enrique, satisfecho de que tanto ruido previo haya desaparecido. Por mucho, eso sí, que él considere que “no pasó nada que no haya pasado en infinidad de partidos, hubo intercambio de opiniones...”, aseguró sobre la bronca en el túnel de vestuarios del Camp Nou, que se saldó con una sanción de dos encuentros a Luis Suárez. H