Henrik Larsson llegó al FC Barcelona en el verano del 2004. A punto de cumplir los 33 años, el delantero sueco tenía estatus de leyenda en el Celtic de Glasgow y buscaba un club grande en el que apurar los últimos años de una carrera fastuosa pero desarrollada hasta entonces en ligas menores como la holandesa y la escocesa. Fichado a coste cero como cuarto hombre de una delantera en la que las plazas titulares parecían asignadas a Ronaldinho, Samuel Eto’o y Ludovic Giuly, Larsson estuvo solo dos temporadas en el Camp Nou (la primera de ellas, cercenada además por una grave lesión). 54 partidos y 15 goles le bastaron para convertirse en un ídolo del barcelonismo, que lo adoró casi desde el primer día, y, sobre todo, para encarnar el arquetipo de delantero veterano y superprofesional que acepta un rol secundario y sabe aportar cosas al equipo en todas sus apariciones.

Tres lustros después, cada vez que el Barça peina el mercado en busca de un nueve de refresco se habla aún de encontrar al 'nuevo Larsson'. Y ello dice tanto de la huella que dejó en la casa el ariete de Helsingborg como de la incapacidad del club para dar en los últimos años con un jugador que pueda desempeñar con ciertas garantías ese mismo papel de atacante secundario. Futbolistas contrastados como Eidur Gudjohnsen y Paco Alcácer y canteranos como Bojan Krkic, Munir el Haddadi, Sandro Ramírez y hasta Jean Marie Dongou han pasado por el puesto (o han estado a punto de hacerlo) y han acabado siempre derribando con más o menos estrépito aquel listón que dejó el delantero sueco a las órdenes de Frank Rijkaard.

TRES OPCIONES MUY REMOTAS

En la tesitura de fichar ahora a un nueve que ocupe la plaza vacante dejada por Munir y que pueda dar relevo a Luis Suárez (titularísimo pero amenazado por el delicado estado de sus maltrechas rodillas), el equipo azulgrana ha vuelto a sacar del cajón la carta del 'nuevo Larsson'. Lo ha hecho, sobre todo, Ernesto Valverde, que ha pedido al club un jugador con experiencia “que no necesite un proceso de adaptación largo, sino que ya conozca de qué va esto y pueda jugar inmediatamente”. En ese perfil encajan tres nombres que han circulado en los últimos días por los despachos de Can Barça: Christian Stuani, Fernando Llorente y, en menor medida, Olivier Giroud. Sin embargo, la posibilidad de que cualquiera de ellos recale en el Camp Nou parece ahora mismo bastante remota.

Stuani es, hoy por hoy, la opción más apetecible. Convertido a los 32 años en el tercer máximo anotador de la Liga (con 12 goles; solo Messi y Suárez han marcado más), el ariete del Girona es un pilar insustituible en el equipo de Eusebio, que no está dispuesto a desprenderse del uruguayo por menos de lo que fija su cláusula de rescisión (15 millones) y que además consideraría un gesto de abierta hostilidad cualquier maniobra del Barça para hacerse con él. Igual de impracticable se presenta la incorporación de Llorente, muy apreciado por Valverde pero a quien el Tottenham, que ha perdido por lesión a Harry Kane para el próximo mes y medio, no quiere dejar marchar.

MORATA Y LOS DEMÁS

Giroud, un campeón del mundo que roza los 33 y cuyo contrato con el Chelsea termina este verano, ha negado a través de su representante tener ningún contacto con el club azulgrana. No puede decir lo mismo su compañero de equipo Álvaro Morata, por cuya situación sí se ha interesado el Barça pero que parece priorizar un traspaso al Atlético de Madrid, donde sus opciones de disponer de minutos aumentan considerablemente.

Y esos no son los únicos nombres que se han barajado en la timba del 'nuevo Larsson': ahí están también el mexicano Javier 'Chicharito' Hernández, el nigeriano Odion Ighalo, el uruguayo Maxi Gómez y hasta el madrileño Álvaro Negredo, que en la actualidad juega en la Liga del Golfo. Quedan 15 días para el cierre del mercado. Saldrán más.