Llegados a este punto, a 90 minutos de conocer si el Castellón abandonará la Tercera División o si volverá a Segunda B al cabo de cinco años, lo futbolístico se mezcla con lo pasional. Tal vez por ello, Kiko Ramírez se apartó ayer de su mesurado discurso para empuñar la bandera de la afición, esa que solo ha podido adquirir 250 entradas para La Bòbila, elevando la temperatura del partido de mañana (18.30 horas), tras el 2-2 de la ida.

“Vamos con ilusión y la rabia de no tener a nuestra afición con nosotros, que ha tenido que pasar toda una noche en la calle para conseguir unas míseras entradas”, introdujo. “Estamos enrabietados. El fútbol lleva unos años en una situación delicada, en la que los clubs buscan hacer taquilla para sobrevivir. Me sorprende que un club catalán no haya habilitado el campo para que sea una gran fiesta del fútbol y disfrutarla; yo lo hubiese hecho de otra forma”, subrayó, apuntando a la gestión del Gavà, que ha dado entradas tanto al Granollers como al Girona, dos clubs a los que le conviene el ascenso de los azulgrana: el primero continuaría en Tercera y el filial del segundo, en Primera Catalana.

“SEMANA MUY EMOTIVA” // “El fútbol, sin aficionados, no es fútbol. Desgraciadamente, nos ha pasado”, profundizó un Ramírez que habló de la “rabia contenida” por el hecho de que la presencia de orelluts en La Bòbila estará muy por debajo de las expectativas generadas en la afición. “Ha sido una semana muy emotiva en todo momento. Hay que subir cuesta lo que cueste: por los que nos van a acompañar en el campo, los que irán sin entrada y los que se quedarán aquí”, lanzó. “Vamos a pelear, nuestro ADN es el sufrimiento”, rubricó.

Ramírez desarrolló ampliamente su discurso. “Debemos ser el reflejo de la afición: toda esa garra y fe que tienen ellos, la deberán tener los jugadores”, remarcó un entrenador que afirma que no ha preparado “otro escenario que no sea la celebración” por el ascenso. “Espero vivir unos días inolvidables”, apostilló.

Para el tarraconense, ha llegado “el día más importante de la temporada, al que el equipo le ha costado mucho llegar”. “El equipo se merece un ascenso, porque se lo ha ganado a pulso. Va a poner todo lo que tiene, por respeto a la afición, al club y a nosotros mismos”, añadió. “Este equipo va a dar la cara hasta el último minuto”, prometió. Para Ramírez, “si en una final a dos partidos no se es capaz de ganar uno de los dos, es que no lo merece”.

HERMÉTICO // ¿Pistas sobre el once o la forma de encarar el encuentro? Cero. “Estoy súper confiando. Seremos nosotros mismos e intentaremos competir hasta el extremo final”, indicó, siendo consciente de que parten de una situación de desventaja, eso sí, recordando que han estado “jugando con mucha presión, sobre todo en casa”. “Nos enfrentamos a un equipo que es el favorito, el Gavà, que ha preparado el partido para ir con los suyos y para que no hayan muchos de los nuestros”, dijo, volviendo a empuñar la bandera de la afición. H