Después de 112 años de ausencia, el regreso del golf a los Juegos Olímpicos no alcanzará el esplendor que se esperaba cuando, en octubre del 2009, el Comité Olímpico Internacional (COI)aceptó el reingreso de este deporte, conjuntamente con el rugbi a 7. Desde San Luis 1904 no había palos y bolas de golf en el escenario olímpico, cosa que sí sucederá en el nuevo campo Reserva de Marapendi, en Barra de Tijuca, al lado del mar.

Pero el anuncio en cascada de bajas para Río de muchos de los principales jugadores ha enfriado el entusiasmo de este regreso histórico y está poniendo en cuestión el acierto de recuperar un deporte cuyos protagonistas, al parecer, no necesitan de los focos olímpicos para brillar y, de paso, ganarse muy bien la vida.

La amenaza del virus del zika se ha revelado como el pretexto perfecto para no viajar a Río. Jordan Spieth, número 3 del mundo y, a sus 22 años, ganador de Masters y del Abierto de EEUU en el 2015, ha sido el último en recurrir al argumento del virus que transmite el mosquito Aedes para excusar su presencia, anuncio que ha hecho en vísperas del Abierto Británico que comienza este jueves en Royal Troon (Escocia).

Spieth se une a una larga lista de ausencias en la que ya figuraban el australiano Jason Day (número 1 del mundo), el estadounidense Dustin Johnson (nº 2) y el norirlandés Rory McIlroy (nº. 4), además de otros golfistas de renombre como el australiano Adam Scott, los sudafricanos Louis Oosthuizen y Charl Schwartzel, el fiyiano Vijay Singh y el japonés Hideki Matsuyama.

BUBBA WATSON, JEFE DE FILAS

Ante este panorama, el mejor clasificado en el ránking será el número 5, Bubba Watson (nº 5), que liderará un pelotón de 60 jugadores que, del 11 al 14 de agosto, se jugarán las medallas masculinas, mientras que las mujeres jugarán del 18 al 21 con el mismo sistema de cualquier grande: cuatro vueltas en cuatro días para un total de 72 hoyos.

Quienes no han visto inconveniente en desplazarse a Brasil a pesar de la amenaza del zika, y de otras que puedan surgir, son los españoles, que estarán con sus mejores integrantes en los Juegos. Sergio García y Rafa Cabrera Bello, y Carlota Ziganda y Azahara Muñoz, formarán los dúos españoles, como mejor clasificados en el Ránking Mundial Olímpico, establecido como el habitual pero con limitaciones de cuatro jugadores por país y una cuota mínima de un jugador por continente.

Los cuatro españoles viajarán con la misma ilusión que si afrontarán uno de los cuatro grandes, motivación que no han encontrado otros jugadores. En hombres, solo jugarán cuatro de los 10 mejores y 8 de los 15 primeros del ránking. Los líderes serán Watson, el suecoHenrik Stenson, el ganador del Masters Danny Willet y el propio Sergio García. En mujeres, en cambio, la presencia será masiva, con la número 1 Lydia Ko (Nueva Zelanda), la dos, Brooke Henderson (Canadá) y la potente 'armada' surcoreana: Park In-bee, Kim Sei-young, Chun In-gee y Amy Yang.

DUDAS SOBRE EL GOLF OLÍMPICO

No es solo el zika lo que cuestionan los principales jugadores masculinos, sino si el golf debe formar parte de esa nómina de deportes que alcanzan su cénit cada cuatro años en los Juegos. "La mayor parte de otros deportistas sueña toda la vida con ganar una medalla olímpica, mientras que nosotros soñamos con una chaqueta verde o una jarra de clarete", asegura McIlroy, en referencia a los trofeos simbólicos que reciben los campeones del Masters de Augusta o del Abierto Británico. McIlroy refuerza su argumento al creer injusto quitarle los focos a deportistas más modestos "que a veces deben vender su casa o su coche para poder entrenarse durante cuatro años para estar en unos Juegos". No está mal el pensamiento de un chico que, a sus 27 años, ya ha acumulado 28 millones de dólares solo en premios.

La misma argumentación es la que desarrolla Zach Johnson(EEUU), de 40 años, que esta semana defenderá su título en el Abierto Británico y que en el 2007 ya ganó en Masters. "No sé si el golf debe tener plaza en los Juegos actualmente y quitarle preeminencia a otros deportes minoritarios, cuando nosotros la tenemos casi 365 días al año", asegura el estadounidense. "No quiero ofender a los Juegos, pero como jugador mi motivación son los cuatro torneos grandes. Y la Ryder Cup. Prefiero estar en el equipo de la Ryder que en los Juegos", se sinceró Johnson.

"Lo mismo sucede con el fútbol o el baloncesto. Ustedes creen que realmente necesitan estar en los Juegos. En cambio para multitud de otros deportes, los Juegos son la ocasión de lograr un reconocimiento que el resto de tiempo no tienen", añadió Zach Johnson.