El Girona trabaja a marchas forzadas para que Montilivi presente un aspecto acorde a la Primera División. Después de la instalación de gradas supletorias (serán fijas, si el equipo logra la permanencia) y el cambio de iluminación, ahora le ha tocado al terreno de juego. De hecho, el estadio presenta un nuevo césped ante el Villarreal, híbrido, que no pudo estar a punto en los partidos anteriores de los albirrojos (Sevilla y Barcelona).