La federación inglesa de fútbol (FA, por sus siglas en inglés) ha lamentado los incidentes provocados por aficionados supporters el jueves de madrugada en Marsella. Además, les pidió que “actúen de forma respetuosa y disfruten el partido contra Rusia”. A través de un comunicado publicado en su página web, la FA indicó que está “tremendamente decepcionada” por “los disturbios” y condenó “este comportamiento”.

El jueves por la noche, alrededor de 200 aficionados ingleses fueron dispersados por la policía francesa tras producirse diversos altercados en la parte del puerto viejo de la ciudad. Los seguidores de los tres leones comenzaron a llegar anteayer a esta localidad del sur de Francia, para acudir al choque ante Rusia de esta tarde.

Ya de madrugada, se produjeron los primeros incidentes, con peleas con jóvenes franceses y lanzamiento de sillas a los establecimientos. Como consecuencia de los altercados, que precisaron de la intervención de la policía antidisturbios, con perros y gases lacrimógenos, dos aficionados ingleses fueron detenidos.

ALTO RIESGO // Inglaterra y Rusia se enfrentan esta noche en la primera jornada del grupo B, en el Stade Vélodrome. Unos 1.100 policías en las inmediaciones del estadio y otros 650 en la zona de aficionados vigilarán este partido, que ha sido calificado de alto riesgo. Hay que recordar que los hinchas ingleses ya provocaron, en el Mundial de 1998, una batalla campal en la misma Marsella.

La Eurocopa, el tercer evento deportivo más importante del mundo, comienza en un país convulsionado por los movimientos sociales y la amenaza terrorista, que empañan el inicio de una competición que tarda en encontrar el habitual ambiente festivo.

Si el estado de emergencia en el que Francia vive desde los atentados del 13 de noviembre ya marcó las semanas previas a la competición, en las que se habló más de despliegue policial que de fútbol, últimamente han sido las huelgas las que han restado protagonismo al balón. El pulso que mantiene el presidente, François Hollande, con el sindicato CGT, a propósito de la reforma laboral, ha encontrado un campo de batalla explosivo en las horas previas a la Eurocopa, que espera que siete millones de personas acudan a los estadios y zonas de hinchas.

La preocupación es máxima. Tanto Hollande como el primer ministro, Manuel Valls, aseguraron que harán todo lo que sea necesario para que la Eurocopa se desarrolle en buenas condiciones, lo que supuso un aviso claro a los trabajadores en huelga de los transportes, que tienen en su mano paralizar el país.

Amenaza que, según explicó el responsable de Transportes, Alain Vidiales, se traducirá en el envío de comunicaciones a los conductores de trenes, los más díscolos, para obligarles a acudir a sus puestos de trabajo, sobre todo en los cercanías de París.

“FIESTA AGUADA” // Por si fuera poco, hoy se suman a los paros los pilotos de Air France, lo que ha creado un ambiente de tensión que ha llevado al presidente del comité de organización, Jacques Lambert, a concluir que “la fiesta ya está un poco aguada”.

Tanto ha crecido la tensión, que el propio líder de la CGT, Philippe Martinez, trató de bajar los humos y pidió a los trabajadores que respeten la Eurocopa. H