El balón salta al aire en una Euroliga muy exigente y transformada por primera vez en un torneo de todos contra todos. Nada menos que los 16 mejores equipos del continente enfrentándose entre ellos durante los primeros seis meses de competición. Serán 30 partidos a vida o muerte para buscar un lugar entre los ocho elegidos que disputarán los playoff de cuartos del que saldrán los protagonistas que disputen la ‘Final Four’ del 19 al 21 de mayo en Estambul. El nuevo formato no convence a todos, especialmente a los jugadores que pueden acumular más de 80 partidos en la temporada.

El torneo responde a las expectativas más exigentes. Cada semana se podrá ver el mejor baloncesto. Basta solo con echar un vistazo a la primera jornada, abierta este miércoles por Madrid y Olympiakos, los equipos que disputaron la final en el 2013 y el 2015. También se podrá ver al actual poseedor del título, el CSKA, visitando al Galatasaray, uno de los cuatro equipos turcos en liza. El Barcelona Lassa debutará el viernes en la cancha del Unics Kazan. El otro equipo español, el Baskonia, recibe al conjunto turco del Anadolu Efes.

LLEGAR A 85 PARTIDOS

Se puede dar el caso de que un equipo que dispute los cinco partidos del playoff y la final de Estambul acumule 37 encuentros. A eso se podría añadir, en el caso de la exigente competición española, 34 encuentros de Liga regular que, unidos a la lucha por el título podría alcanzar un total de 85 partidos en la temporada entre competición local y europea. Solo tres menos que en la temporada regular de la NBA.

Eso conllevará una gran exigencia física en una competición que contará con nueve jugadores españoles: Felipe Reyes, Rudy, Llull, Suárez (Madrid); Navarro, Ribas, Claver (Barcelona), Diop (Baskonia) y Quino Colom (Unics Kazan), uno menos que los que militan en la NBA. Esa acumulación de partidos se ha convertido en el primer argumento de algunos de los protagonistas para mostrar su desacuerdo con el nuevo formato. “Son muchos partidos y muchos viajes. Hubiese preferido otro tipo de competición, pero los que mandan han decidido que sea así”, afirma Felipe Reyes, pívot del Madrid.

Su compañero Rudy Fernández comparte esa opinión y afirma que era partidario del formato anterior “porque este está muy visto”. “Se nos va a hacer muy larga y muy dura esta Euroliga. Cada partido va a ser muy competitivo”, afirma el escolta blanco, que tiene claro que con el nuevo sistema de competición va a ser difícil que un equipo dé la sorpresa, como lo hicieron Lokomotiv Kuban o Baskonia, que lograron entrar en la pasada ‘Final Four’.

En medio de tanta discrepancia con el nuevo diseño, aparece alguien que lo defiende. Es Pablo Laso, entrenador del Madrid que disputará su sexta Euroliga. Considera el técnico blanco que el nuevo formato “es lo más justo”. “A mí me gusta. En un espectáculo quieres ver a los mejores y aquí sucede eso. Si quieres estar en el ‘top 8’ te lo debes ganar en la pista", afirma el técnico blanco.

DOS AÑOS EN BLANCO

También quiere ganárselo el Barcelona después de dos años en blanco. El relevo en el banquillo ha dejado paso a Georgios Bartzokas, técnico griego que sustituye a Xavi Pascual. También han llegado tres jugadores que le pueden dar mucho al equipo, como son el base Tyrese Ryce, el alero Víctor Claver y el escolta finlandés, Petteri Koponen, que aún arrastra una conmoción cerebral tras el accidente de tráfico que sufrió el pasado 19 de septiembre al chocar el taxi en el que iba con un coche.

El primer clásico llegará en la octava jornada (17 o 18 de noviembre) en el Palau, mientras que la vuelta será el 21 o el 22 de marzo, en la jornada 27. Además del título, el aliciente estará en los premios que se repartirán los equipos. Al fijo de 150.000 euros se añadirán 40.000 por cada victoria en la fase regular (antes eran 7.000), cifra que llegará hasta los 70.000 en los playoff. El campeón se llevará un millón de euros, mientras que el finalista se embolsará la mitad. El tercero ganará 300.000 y el cuarto, 200.000.