Los brotes verdes llegaron tras el parón de la Liga. La igualada ante un candidato al título liguero, pero sobre todo la sensación de superioridad en la segunda parte del encuentro del pasado sábado en La Cerámica reforzaron la posición de Javier Calleja, que afrontaba el reinicio de la competición con la espada de Damocles sobre su cabeza y la urgencia para cambiar la imagen de un Submarino que tocó fondo hace dos semanas en Cornellà.

Pero el conjunto amarillo sabe que la reacción ante el Atlético de Madrid tan solo es el primer paso para salir definitivamente de la crisis en este primer tercio de la temporada, todavía con las plazas de descenso acechando en la Liga —solo un punto por encima de la zona pantanosa— y con la necesidad de dar otro volantazo en una Europa League que se complicó a las primeras de cambio con los empates frente al Rangers y al Spartak de Moscú.

Europa, precisamente, iniciará una semana clave para Javier Calleja y para el Submarino y que se prolongará hasta el próximo domingo con otro examen de altura para los amarillos, con el sorprendente Alavés de Abelardo esperando en Mendizorroza desde su privilegiada posición en los puestos de Champions de la Liga.

El primer reto está en Europa. Cualquier cosa que no sea ganar —sería por primera vez esta temporada en La Cerámica— al Rapid de Viena supodría dar ya demasiada ventaja en el ecuador del torneo al propio conjunto austriaco —segundo— y al Glasgow Rangers —líder provisional— en el grupo G de la liguilla de una Europa League en la que el Villarreal siempre ha conseguido alcanzar la fase de eliminatorias en sus seis participaciones anteriores. La imperiosidad de saldar con los tres puntos la cita del jueves se hace más patente teniendo en cuenta que en el resto del calendario los de Calleja deberán afrontar dos salidas, por solo un encuentro delante de su afición, el de la última jornada de la fase de grupos frente al Spartak ruso.

LA VISTA EN VITORIA / Javier Calleja tendrá que volver a refrescar el equipo en el regreso a la Europa League, en la que solo radica el 50% del éxito para que el equipo amarillo recupere la normalidad. Tres días después, el Villarreal se jugará en Vitoria tres puntos que reforzarán el cambio de imagen ante el Atlético y darán una visión radicalmente diferente a este primer tercio de temporada del Villarreal. De conseguirlos, la zona templada de la Liga volverá a ver navegar al Submarino, incluso con la zona europea a la vista.

De fracasar en la segunda de las finales de los próximos siete días, el Villarreal tendría muchos números de volver a la zona de descenso que ocupó al término de las tres primeras fechas de la presente Liga, una experiencia vivida en solo 22 de las 693 jornadas en Primera del club. Demasiada presión para un equipo llamado a repetir un sitio entre los seis primeros del fútbol español.

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