El Villarreal necesita los goles de sus estrellas para salir de la zona de descenso. Sin ellos, la lucha será mucho más agónica. Y se volvieron a echar en falta en el Wanda Metropolitano. ¿Qué hubiera pasado si Toko Ekambi marca la clara ocasión del minuto 9? Una de esas oportunidades que un jugador del caché de los amarillos no debe fallar. Una situación que se ha repetido constantemente esta temporada y que ha lastrado en la clasificación al Submarino. Un partido ante un rival como el Atlético de Simeone se afronta de manera muy diferente con un 0-1 a favor desde el comienzo.

Gerard, Ekambi y Bacca suman solo cuatro goles cada uno en la jornada 25. Más de lo mismo, otro futbolista importante como Fornals, la misma cifra que Iborra, aunque el valenciano acaba de llegar al equipo. Solo con que todos ellos hubieran logrado un par de tantos más cada uno, probablemente el Villarreal estaría en una posición desahogada.

Una acción aislada que desatasque un partido, una genialidad o una jugada de talento. En el Wanda se echó de menos la magia de Cazorla, pero el asturiano no debe, ni tiene que ser siempre el plus diferencial. Las otras estrellas del Villarreal deben coger el testigo y sigue desierto cuando el Mago no tiene el día, como aconteció en el Wanda.

Jugadores como Cazorla (3 goles), Samu Chukweze y Alfonso Pedraza (dos) suman cifras próximas al rol que se espera de ellos por su demarcación y peso en el equipo, más cuando se comparan con los números de los llamados a ser los futbolistas diferenciales, tanto por su coste como por sus nóminas. Ese es el gran déficit que debe equilibrarse en las 13 jornadas que restan de LaLiga. Existe potencial y calidad suficiente para superar esos dos puntos de distancia a los que se encuentra la línea roja que separa Primera División de Segunda.

Lo positivo, que se volvió a refrendar ayer en Madrid, es que el Villarreal vuelve a funcionar bien como equipo. Existe una idea reconocible de juego, ha dejado de ser el Papá Noel de Primera que regalaba goles a diestro y siniestros, ha minimizado sus errores defensivos y se ha convertido en un equipo más fiable y ordenado tácticamente. Perder en el Wanda entra dentro de los presupuestos de puntos que se realizan a principio de temporada. El gran problema de la derrota por 2-0 ante el Atlético no estriba en sí mismo en caer ante un equipo que le dio un baño a la Juventus de Cristiano cuatro días antes en el mismo escenario, sino en la urgente necesidad de sumar de tres en tres que se tiene ahora. El déficit viene de antaño.

Un paso adelante

No obstante, se pudo hacer algo más en la jugada del 1-0. A Mario Gaspar le faltó un punto más de intensidad defensiva. Pero se está por el buen camino y ante el Atlético se mantuvo al buena línea de las últimas jornadas. Pero goles son amores. El Villarreal los necesita a ellos y a sus cracks.