Hay detalles que no deben pasar desapercibidos al término de la cuarta etapa del Giro, la primera de montaña, la llegada al Etna que fue de Alberto Contador en el 2011, y donde equivocadamente se podría decir que no ocurrió nada, que los favoritos se marcaron entre sí, que ganó un corredor esloveno (Jan Polanc) como superviviente de la escapada permitida del día y hasta que se desaprovechó un día que seguramente llegó demasiado temprano en la edición de la ronda italiana del centenario.

Pero esos detalles se concretan en la clasificación general que quedó establecida en una lista ilustre de la que se apearon corredores secundarios, esprínters veloces y hasta invitados de lujo. Los 10 primeros de la general que se formó tras la cita con el Etna, en la isla de Sicilia, serán los que se jugarán el triunfo en las siguientes citas claves del Giro 2017. Bob Jungels, un prometedor corredor luxemburgués que ya fue líder de la prueba el año pasado, catalogado como jefe de filas del potente Quick Step, reemplazó a su compañero Fernando Gaviria como portador de la ‘maglia rosa’, pero tras él, separados solo por unos pocos segundos, se colocaron Geraint Thomas, Adam Yates, Vincenzo Nibali -el único favorito que intentó atacar--, Domenico Pozzovivo, por supuesto Nairo Quintana, Tom Dumoulin, Mikel Landa -que salvó el más inoportuno de los pinchazos-- y Thibaut Pinot, el aspirante francés a la lucha por la gloria.

LLEGADA EN ALTO DEMASIADO TEMPRANA

Una llegada en alto programada tan temprano provoca que nadie se decida a enseñar las cartas, sobre todo porque no quieren responsabilizarse en el control de la carrera por lo que supone de desgaste para el equipo. Por eso, nadie se movió. Por eso, no se movióQuintana, pero al menos provocó que ya Nibali se pusiera nervioso, lo que seguramente no le fue nada mal.