La Federación Española de Fútbol (RFEF) emitió un comunicado donde «rechaza tajantemente las acusaciones vertidas recientemente por alguno de los integrantes de la selección maltesa que participaron en el partido» del 12-1 de 1983. «Dichas afirmaciones son rotundamente falsas, carecen del más mínimo fundamento y son totalmente extemporáneas», añade la RFEF, que «confirma la absoluta limpieza de sus jugadores», reservándose la opción de «emprender acciones legales de toda índole contra quienes traten de ensuciar la buena imagen del fútbol español».