Este miércoles en Las Rozas, en una reunión a la que no han sido invitados los clubes implicados, la Federación Española de Fútbol ha estudiado los pasos a seguir para plantear una respuesta ante las amenazas de protestas masivas el día del Barça-Madrid en la capital catalana convocadas por Tsunami Democràtic. Se ha dado el primer paso para impulsar un traslado del clásico del próximo 18 de diciembre fuera del Camp Nou, a un campo neutral.

En un comunicado, la RFEF ha reiterado que aplicará el reglamento vigente ante situaciones de fuerza mayor que obligaran a una actuación más contundente para la que la Federación tiene potestad.

Después de la suspensión inicial, ahora planea sobre el partido la posibilidad de un traslado que contemplan los estatutos de la RFEF, por causa reglamentaria, razones de fuerza mayor, o disposición de la autoridad competente.

Para determinar si la situación en Barcelona ante la disputa del partido responde a uno de los supuestos que le da potestad a la Federación para un cambio de sede, sería necesario un informe de la Delegación del Gobierno en Barcelona, sustentado en la evaluación de los Mossos d'Esquadra; contrario a garantizar la seguridad en el clásico.

El último gran precedente a nivel mundial fue la final de Copa Libertadores 2018 entre Boca Juniors y River Plate, que se tuvo que jugar en el madrileño Santiago Bernabéu después de los disturbios en Buenos Aires el día del partido de vuelta.